EL MUNDO › SANCHEZ DE LOZADA, DE NUEVO PRESIDENTE DE BOLIVIA
Una rosca para negar tu mano al indio
Finalmente le cerraron el paso al Diablo. Un acuerdo entre dos enconados adversarios, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), aseguró la elección parlamentaria de Gonzalo Sánchez de Lozada como presidente de Bolivia y puso punto final a largos días de incertidumbre política y económica, bloqueando la llegada al Palacio Quemado del segundo candidato más votado, el líder cocalero izquierdista e indígena Evo Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS). Morales aseguró que seguirá su lucha para ser elegido como presidente el 4 de agosto y denunció que “los partidos más corruptos se han aliado”, pero la alianza de Sánchez de Lozada asegura al ex presidente 88 votos en el Congreso contra sólo 42 de Evo. De todos modos, los analistas sostienen que el MAS se ha convertido en una fuerza política a tener en cuenta, y habrá que considerarlo en todas las futuras decisiones de gobierno.
Los jefes de ambos partidos, los ex presidentes Sánchez de Lozada (199397) y Jaime Paz Zamora (1989-93) suscribieron al filo de la medianoche del jueves el “Plan Bolivia de Responsabilidad Nacional”, un programa de gobierno de cinco años que da prioridad, entre otros aspectos, a combatir la extrema pobreza, a la generación de empleos y al mejoramiento de la vida basado en el desarrollo de la industria del gas natural. “Hablan de Plan Bolivia –retrucó Morales en una conferencia de prensa ayer–, pero el único plan es un plan para Estados Unidos”. Con los votos del MIR, Sánchez de Lozada no solamente se asegura la Presidencia sino la gobernabilidad en el país, que vive la amenaza permanente de un estallido social ante las demandas insatisfechas de los poco más de ocho millones de bolivianos, de los que el 70 por ciento es indígena. Este es el fermento en que creció la candidatura de Evo Morales: unos programas de erradicación de coca favorecidos por Estados Unidos que fueron muy exitosos en su propósito literal pero que hicieron colapsar la economía campesina.
El MIR había anunciado, días antes, que los votos parlamentarios serían para su propia fórmula, que salió cuarta en las elecciones del 30 de Junio, aunque comprometió los esfuerzos para lograr que haya gobernabilidad, cualquiera sea el resultado en la segunda vuelta en el Parlamento, como establece la Carta Magna cuando ninguno de los candidatos alcanza la mayoría absoluta en las urnas. “Qué difícil es ser boliviano a veces, qué difícil es amar Bolivia en algunas situaciones”, dijo Paz Zamora al justificar su acercamiento al MNR, a pesar de los odios y enconos que les separaron en los últimos veinte años de vida democrática. Pero nadie duda que esas dificultades deben haber cedido en forma importante ante una jugosa oferta de carteras ministeriales.