Jueves, 7 de junio de 2007 | Hoy
El canciller de las FARC fue liberado a pedido del presidente francés Nicolas Sarkozy, pero es requerido en Paraguay por el asesinato de Cecilia Cubas. Será mediador si la guerrilla quiere.
Por Pilar Lozano *
desde Bogotá
Rodrigo Granda, el ministro de Asuntos Exteriores de las FARC, tiene 57 años. Fue militante del Partido Comunista y de la Unión Patriótica, formación que nació en medio de las fracasadas negociaciones con las FARC en 1984. La campaña contra este partido lo presionó para salir del país y se unió a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Su vida en la guerrilla ha transcurrido en el campo diplomático, como portavoz de la guerrilla colombiana más poderosa en varios países, tanto europeos como de América latina. Tiene ciudadanía ecuatoriana y venezolana. Hoy es el segundo hombre dentro de las FARC en el campo internacional, después de Raúl Reyes.
Su rostro saltó a los medios colombianos en diciembre de 2004 cuando fue detenido de manera poco clara en Caracas. Para su abogado defensor, Miguel González, se trató de un “secuestro”. Un grupo de cazarrecompensas lo retuvo y lo entregó a las autoridades colombianas en la frontera. El hecho generó una larga y dura tensión con el vecino país.
Granda, días antes de su captura, había estado en la embajada francesa en Caracas hablando del tema de Ingrid Betancourt. Por eso acusaron a Uribe de querer torpedear un intento de libertad de la ex candidata que permanece desde hace cinco años en las cárceles de las FARC, en las selvas del sur del país.
Granda tiene dos procesos penales en el país. Uno por rebelión agravada y otro por entrenamiento en actividades ilícitas. Las dos fueron apeladas. También tiene cuentas pendientes con la justicia paraguaya: se lo acusa de haber asesorado a los secuestradores y asesinos de Cecilia, la hija del ex presiente Raúl Cubas. Uribe, en su alocución, contó que el presidente paraguayo, Nicanor Duarte, entendió y apoyó la libertad de Granda, aunque el martes mismo Duarte subrayó que pedirá el “arresto” si queda libre.
El jefe guerrillero fue reconocido por el gobierno colombiano como miembro representante del grupo insurgente para que realice gestiones de paz. Granda aseguró ayer que sólo trabajará por el canje humanitario si el Secretariado (cúpula) del grupo rebelde lo autoriza. “Frente al planteamiento de (el presidente colombiano) Alvaro Uribe de convertirme en ‘gestor de paz’, reitero mi disposición en el sentido de que cualquier papel, por modesto que sea, corresponde definirlo al secretariado de las FARC”, precisó.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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