Tres exhumaciones de víctimas del conflicto armado guatemalteco (1960-1996), que se iban a realizar en antiguos destacamentos militares, fueron suspendidas porque los antropólogos recibieron amenazas de muerte y por problemas burocráticos, informó ayer una fuente humanitaria. Las excavaciones se iban a iniciar el martes en cementerios clandestinos localizados en el municipio de Chisec, en el departamento de Alta Verapaz al norte del país.

Las amenazas de muerte que recibieron por vía telefónica en la capital los miembros de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) obligó a suspender las exhumaciones, aseguró ayer Aura Elena Farfán, la dirigente de la Asociación Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Guatemala (Famdegua). Farfán evitó identificar a los autores de las amenazas, pero dejó entrever que provienen de sectores del ejército y de las desaparecidas Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), que fueron el brazo derecho de los militares durante la guerra. Según la activista, ciertos problemas burocráticos, que no detalló, también impidieron iniciar las exhumaciones. En los tres cementerios clandestinos de Chisec se espera encontrar osamentas de varios indígenas y campesinos que fueron masacrados entre 1982 y 1986, durante los regímenes dictatoriales de José Efraín Ríos Montt y Oscar Mejía.

Para este año, Famdegua ha planificado realizar un total de 23 exhumaciones en varias regiones del país que fueron afectadas por el pasado conflicto armado, que dejó unas 200 mil víctimas entre muertos y desaparecidos. En enero pasado se realizó la primera exhumación en Chichicastenango y en el cementerio clandestino los antropólogos forenses localizaron ocho osamentas. Desde 1993 se localizaron más de mil osamentas de indígenas y campesinos que fueron víctimas de matanzas.