Diversos ataques con bombas contra la población civil iraquí dejaron ayer en Bagdad al menos 45 muertos y numerosos heridos. El ataque más sangriento tuvo lugar en una parada de taxis y minibuses en el barrio sureño de Bayaa: al menos 30 personas murieron y otras 50 resultaron heridas como consecuencia de la explosión en hora pico matutina, cuando había muchas personas congregadas en la parada. Bayaa es un barrio habitado mayormente por chiitas. Horas después, un segundo coche bomba explotó ante una gasolinera en el barrio de Mansur, en el centro de Bagdad, mayoritariamente poblado por sunnitas. Cinco personas murieron y otras once resultaron heridas. En Basora, en el sur de Irak, tres soldados británicos murieron ayer al estallar un artefacto explosivo junto a su vehículo.