El misterio que rodea la muerte de los once ex diputados colombianos asesinados durante su cautiverio podría finalmente develarse. Las FARC aceptaron la creación de una comisión internacional de forenses para examinar los cuerpos. Según un comunicado difundido ayer por la televisión colombiana y fechado el 18 de julio pasado, la principal guerrilla del país entregaría los cuerpos a un grupo compuesto por delegados de la Cruz Roja Internacional, dos representantes de los familiares de las víctimas y el dirigente conservador y gestor de paz, Alvaro Leyva. Los forenses serían de España, Francia y Suiza, que ofician como intermediarios en el conflicto colombiano.

La noticia reavivó las esperanzas de millones de colombianos, quienes hace casi un mes esperan que la guerrilla entregue los cuerpos de los ex diputados provinciales asesinados y pongan fin a la incertidumbre que viven sus familias. Hace dos semanas, las FARC habían aceptado que fuera la Cruz Roja quien se hiciera cargo de la recuperación de los once rehenes. La decisión fue celebrada por los familiares de las víctimas, el gobierno colombiano y el trío Madrid-París-Zurich. A partir de ese gesto y para acallar los rumores que hablaban de una supuesta responsabilidad del ejército colombiano, el presidente Alvaro Uribe había propuesto crear una comisión internacional de forenses para examinar los cuerpos.

En su último comunicado, las FARC aseguraron que las personas elegidas por ellos pueden iniciar el proceso cuando estén listos. “Pueden contactar a cualquiera de las unidades ubicadas en el Occidente para proceder inmediatamente con la ubicación de los cuerpos,” sostuvo el movimiento guerrillero, que esta vez firmó como el Comando Conjunto de Occidente. Los familiares de las víctimas ya confirmaron que participarán. “Estamos dispuestos a hacerlo porque para nosotros hoy es muy importante poderles dar ese último adiós a nuestro seres queridos”, aseguró ayer la esposa de uno de los ex diputados asesinados, Fabiola Perdomo. La Cruz Roja ya había hecho lo mismo dos semanas atrás.

La presencia del ex candidato presidencial Leyva se descuenta. A pesar de su militancia en el Partido Conservador, el dirigente se ha convertido en uno de los gestores de paz que mejor relación mantiene con las FARC. Fue uno de los que logró, en los ochenta, la reinserción social y política de la guerrilla conocida como el M-19 y, a partir de allí, trabajó en todos los procesos de paz con las guerrillas. Actualmente, es uno de los políticos más involucrados en las negociaciones para conseguir un intercambio humanitario para liberar a 45 secuestrados de las FARC.

Los once ex diputados provinciales se convirtieron en un símbolo de la violencia de las FARC desde el día de su secuestro, el 11 de abril de 2002. Disfrazados de policías, un grupo de guerrilleros irrumpió en el Congreso del Valle del Cauca –casualmente el mismo departamento en el que las FARC piden la desmilitarización para el intercambio humanitario– y tomó como rehenes a doce parlamentarios. El 28 de junio pasado emitió un comunicado informando que once de ellos habían muerto en un ataque de una fuerza desconocida. El trabajo de los forenses extranjeros será determinar si, como dice la guerrilla, murieron s en el fuego cruzado, o si fueron ejecutados, como dice Uribe.