EL MUNDO

La Fed no pudo despertar al oso

La Reserva Federal dejó intacta la tasa de interés y el “mercado oso” –de títulos y cotizaciones en baja– siguió cayendo.

Por Charlotte Denny y David Teather *
Desde Nueva York

La junta de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) señaló ayer que estaba lista para reducir los costos de los préstamos de modo de contrarrestar la amenaza de una vuelta a la recesión en la mayor economía del mundo. Mientras el presidente Bush suspendía sus vacaciones de verano para convocar una cumbre de emergencia sobre economía, la Fed advirtió que el tambaleante crecimiento representaba ahora una amenaza mayor que la inflación. Anunciando que mantenía su tasa de interés inalterada a 1,75 por ciento, la más baja en 40 años y que se ha mantenido en ese nivel durante ocho meses seguidos, dijo en su declaración adjunta que la economía estaba en un peligro de mayor deterioro, su afirmación más sombría desde marzo.
En las seis semanas desde que la Fed se reunió la última vez, los precios de las acciones han caído en picada y una sarta de revelaciones sobre las malversaciones de las empresas ha sacudido la confianza de los inversores, aumentando los temores de que Estados Unidos podría volver a la recesión. La economía se estancó en el segundo trimestre, expandiéndose a una anémica tasa anualizada del 1,1 por ciento después de surgir en 5 por ciento en los primeros tres meses del año. La decisión inicial de no innovar de la Fed alentó a Wall Street, pero las primeras ganancias pronto fueron borradas. El índice Dow Jones cayó un 2,87 por ciento, cerrando en 9482 unidades; el Nasdaq de acciones tecnológicas cayó 37,52 puntos, a 9268; y el Standard & Poor’s 500, el más representativo de la tendencia general, cayó un 2,17 por ciento.
“La Fed está admitiendo que podríamos tener una recesión de caída doble, así que se preparan para un recorte de tasas para fin de año si las cosas no mejoran –dijo Peter Cardillo, jefe estratega de Global Partners Securities–. Realmente son noticias mixtas para el mercado.”
Bush convocó a un grupo de 250 académicos seleccionados, presidentes de corporaciones y pequeños inversores y trabajadores a la Universidad de Baylor en Waco, Texas, para una conferencia especial de un día destinada a mostrar que la Casa Blanca está respondiendo a la creciente preocupación de los votantes por la economía. El presidente, cuyos dos últimos discursos sobre la economía gatillaron más caídas en los precios de las acciones, insistió en que la recuperación ya estaba en camino. “Estamos contentos con la existencia de cierto progreso, pero todavía tenemos que hacer más”, dijo. Ridiculizada por los demócratas como un insustancial golpe de efecto televisivo, la reunión fue una oportunidad para que la Casa Blanca culpara a la administración previa de la recesión del año pasado. “No cabe duda de que nuestra economía ha sido puesta a prueba por una recesión que estaba comenzando cuando entramos en funciones”, dijo Bush.
La Casa Blanca está tratando de ponerles un fin a los recientes escándalos contables que han sacudido la confianza de los inversores en la principales empresas norteamericanas. Bajo una ley aprobada a las corridas por el Congreso el mes pasado, altos ejecutivos tendrán hasta las 17 de hoy para verificar la exactitud de las contabilidades de sus empresas (ver artículo contiguo). “Les digo a los altos ejecutivos tan simplemente como puedo: si ustedes quiebran la ley, les daremos caza, los arrestaremos y los procesaremos –dijo Bush–. Esperamos el más alto de los niveles cuando se trata del Estados Unidos empresario. Quiero los libros abiertos y transparentes, las cifras deben ser reales. La buena noticia es que, por lejos, la vasta mayoría de los presidentes de las empresas es gente honorable.”
Lawrence Lindsey, el más alto consejero económico en la Casa Blanca, descartó la llamada “recesión de caída doble”, una segunda caída siguiendo de cerca los pasos de la recesión del año pasado. La Fed recortó tasas 11 veces el año pasado, pero no pudieron evitar que la economía fuera cuesta abajo. Cifras del gobierno de Estados Unidos dadas a conocer el mes pasadomostraron que la baja fue más profunda y más larga que lo que primero se pensó. Los analistas creen que la confianza de los consumidores es clave para mantener a flote la economía. Con las empresas todavía registrando pérdidas por miles de millones de dólares en inversiones mal gastadas durante la burbuja de la alta tecnología, la economía se detendrá totalmente si los consumidores dejan de gastar. Lindsey dijo que las cifras del Departamento de Comercio, que mostraban que las ventas mayoristas habían aumentado 1,2 por ciento en julio, eran una señal de un “crecimiento muy, muy robusto” en los gastos del consumidor.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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