EL MUNDO › CULMINO EN PANAMA SU GIRA POR CENTROAMERICA

Lula, entre Ortega y Calderón

Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de Brasil, concluyó hoy su travesía en Panamá. Tras cortejar a los aliados de Chávez, Nicaragua y Honduras, el brasileño firmó numerosos acuerdos, se acercó a Calderón y se llevó la promesa del presidente sandinista de ingresar al Mercosur, un bloque comercial que todavía no incorporó al mandatario venezolano. La jornada es el corolario de un recorrido de Lula y Chávez por todo el continente, el primero buscando la aceptación del biocombustible brasileño y el segundo tratando de expandir la industria del petróleo y el gas.

Las diplomacias brasileña y venezolana se esforzaron al máximo para que las giras de sus respectivos presidentes fueran un éxito aun cuando en su periplo visitaran países que pueden ser considerados “del otro bando”, como el caso de Lula en Nicaragua o la escala de Chávez en Uruguay. Lula terminó su gira con un balance más que positivo para sus proyectos. Por un lado recalcó en cada una de sus etapas –México, Honduras, Nicaragua, Jamaica y Panamá– el mensaje de que “Brasil no busca la hegemonía” y al mismo tiempo firmó diversos acuerdos comerciales que extenderán aún más la influencia de la poderosa economía brasileña por el continente.

Durante el viaje el mandatario brasileño culminó con éxito la aproximación de Brasilia a dos gobiernos de características muy diferentes. Por una parte, el del conservador mexicano Felipe Calderón, con quien Lula firmó una serie de acuerdos sin precedentes en la historia de las relaciones de ambos países, entre otros la colaboración entre las poderosísimas petroleras Pemex y Petrobras y el compromiso mexicano de colaborar en el desarrollo del biocombustible.

El otro gran acercamiento fue con el sandinista Daniel Ortega, quien a pesar de estar más próximo ideológicamente al discurso contra la administración estadounidense que caracteriza a Hugo Chávez, acogió con gusto las propuestas económicas de Lula. En total firmaron doce acuerdos de cooperación, en las áreas social, de comercio e inversión, asumiendo el compromiso de financiar un proyecto hidroeléctrico para resolver los prolongados apagones en Nicaragua. También prometió saldar la deuda con Nicaragua de 405,9 millones de dólares, enviar medicamentos y entregar autobuses nuevos.

En Managua el líder brasileño hizo una ferviente defensa de los biocombustibles, criticados por Chávez. “No todos los países tienen tecnología, petróleo o dinero, pero sus habitantes saben cavar un hoyo de treinta centímetros y plantar una semilla para producir el aceite”, subrayó. Por otra parte, ofreció a Ortega que se incorpore al Mercosur, en un intento de llevar agua para su molino, y el nicaragüense no se echó atrás. “Estamos interesados en que Nicaragua se incorpore también al Mercosur, para seguir fortaleciendo los diferentes esfuerzos por la integración de los pueblos latinoamericanos”, dijo el mandatario de Nicaragua, que actualmente integra el ALBA, la estructura económica creada por Chávez y Fidel Castro en 2005 en oposición al fallido ALCA de Estados Unidos.

Además, Lula instó a Ortega a dejar atrás la retórica política de buscar culpables y de criticar los procesos de privatización, para apoyar al sector privado y trabajar con una visión a largo plazo. Las intervenciones del presidente de Brasil fueron alabadas por los diputados de la derecha que calificaron su visita de positiva, porque no vino a dar “órdenes”.

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