Una académica iraní-estadounidense, cuyo encarcelamiento en la famosa cárcel Evin en Teherán provocó tensiones con la administración Bush, ha sido repentinamente puesta en libertad. Haleh Esfandiari, del centro Woodrow Wilson con base en Washington, fue liberada ayer después del pago de tres mil millones de riales de fianza. Ella y Kian Tajbakhsh, un asesor del Instituto Open Society de George Soros, fueron arrestados en mayo y acusados de espionaje. Estuvieron en la televisión el mes pasado para “confesar” que estaban complotando una “revolución de terciopelo” que derrocaría el régimen clerical en Irán.

Pero los funcionarios estadounidenses acusaron a las autoridades iraníes de forzar a los prisioneros a confesar, lo que parece ser parte de una campaña oficial cuyo objetivo es desalentar a los iraníes a tener contacto con extranjeros. Lee Hamilton, el jefe del centro Woodrow Wilson, recibió con entusiasmo la liberación de Esfandiari de 67 años, que es la directora del think tank de Medio Oriente. “Esto ha sido una dura prueba para ella y para su familia”, dijo. “Su bienestar físico y mental son ahora una prioridad”. Sin embargo, no hubo ni una palabra sobre el destino de Tajbakhsh, aunque una agencia de noticias iraní dijo que podía ser liberado bajo fianza en los próximos días.

Una resolución en el caso de los académicos había sido anticipada desde el 12 de agosto, cuando un fiscal iraní anunció que la investigación había terminado. El ministro de Exterior irani, Manouchehr Mottaki, le dijo a un grupo de periodistas occidentales en una entrevista en Teherán el mes pasado que, “una vez que la investigación se terminara, los resultados de esa investigación serían dados a conocer de manera muy transparente”. Un tercer estadounidense-iraní también está arrestado mientras que un cuarto, un periodista, ya está libre bajo fianza. Irán no reconoce la doble ciudadanía y considera que el detenido es iraní.

Estados Unidos e Irán no tienen relaciones diplomáticas desde la toma de rehenes en la Embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979. Las tensiones aumentaron ante la negativa de Irán de acceder a las exigencias de la ONU sobre su programa nuclear y la detención por parte de Estados Unidos de cinco agentes iraníes en el norte de Irak.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.