Italia vivió ayer una huelga general de transportes en demanda de mayores inversiones en el sector. El paro creó un verdadero caos nacional, por la cancelación general de vuelos, salidas de micros de larga distancia y hasta de buques y ferries. Sólo Alitalia, la aerolínea de bandera, tuvo que cancelar 217 vuelos. La medida de fuerza duró ocho horas y, según los sindicatos que la organizaron, registró “adhesiones altísimas en todos los sectores y todas las ciudades de Italia, con picos de hasta 100 por 100”.

La movilización fue convocada por las secciones de transportes de los principales sindicatos italianos –CGIL, CISL, UIL y UGL– para pedir una política de transportes y para protestar contra los cortes de los recursos destinados al sector en los presupuestos nacionales y regionales de 2008.

En Roma, las primeras estimaciones señalaban una adhesión del 72 por ciento entre el personal de los buses y tranvías, con las dos líneas del metro cerradas ya una hora antes del comienzo oficial del paro. En Milán, el seguimiento de la huelga sería de casi el 50 por ciento en los transportes municipales de superficie, mientras que las tres líneas de subte permanecen cerradas y los trenes no circulan.

Los aeropuertos de la ciudad, Malpensa y Linate, cancelaron en total algo más de 200 vuelos, de ellos 149 en el primero de ellos, en el que se operan la mayor parte de los trayectos internaconales. La circulación de los trenes también quedó bloqueada en el país, según los sindicatos, que informaron de un acatamiento del 90 por ciento de la huelga, con el respeto de las franjas de servicio garantizado por ley.

El secretario general de la sección de transporte del sindicato CISL, el segundo mayor del país, Claudio Claudiani, destacó la “parálisis total” del transporte por el alto acatamiento de la huelga. En un comunicado, Claudiani dijo que “la gran movilización de hoy impone que el gobierno afronte de cara la cuestión de los transportes”, que representa un elemento crucial para asegurar a los ciudadanos y las empresas servicios eficientes y competitivos.

Los sindicatos piden al gobierno del primer ministro Romano Prodi respuestas concretas para dar solución a los “graves problemas abiertos” dentro de un política de transportes que se debe reconstruir.

En un reflejo de la reciente situación en la vecina Francia, las principales ciudades italianas presenciaron ayer escenas de caos en el tránsito, de común no muy ordenado. Taxis y autos particulares saturaron las calles, cubiertas de ciclistas y de decenas de miles de personas que caminaron a su trabajo.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.