El gobierno de Evo Morales dio el último paso legal ayer antes de presentar formalmente su nueva Constitución. En medio de un clima de tensión y expectativa que se sintió en todos los rincones del país, las autoridades de la Asamblea Constituyente entregaron la nueva Carta Magna al Congreso nacional. El Legislativo debe convocar a un referendo para decidir sobre el único artículo que será consultado: la limitación de los latifundios. En el interior del país, en tanto, no se hablaba de otra cosa que de autonomía. Mientras Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija se preparaban anoche para convocar hoy a nuevos referéndum autonómicos, los también opositores Chuquisaca y Cochabamba tienen planeado juntar firmas para dirimir en una nueva consulta popular si buscarán o no la autonomía departamental. Lo mismo estarían dispuestos a hacer La Paz y Potosí, en un esfuerzo por inclinar la balanza de poder a favor del gobierno de Morales.

La ceremonia de ayer en el Congreso fue sólo el preludio del acto principal. Durante la mañana de hoy, el presidente Morales recibirá el texto de la nueva Carta Magna de manos de su aliada y presidenta de la Asamblea Constituyente, Silvia Lazarte, en la plaza Murillo, en el centro de La Paz. El mandatario estará acompañado por toda su base social. Desde el Movimiento al Socialismo (MAS) ya convocaron a más de 80 organizaciones sociales, que representarán al menos a 21 etnias diferentes. La llamada “Marcha de los Pueblos” intentará ponerle un cierre festivo y masivo a un proceso constituyente que estuvo marcado por la confrontación, la parálisis y, en sus últimos días, la sangre.

Mientras en La Paz se esperan festejos, en la llamada Media Luna la situación prometía ser otra. Ayer el departamento de Chuquisaca se sumó a las cuatro regiones que iniciaron el camino hacia la autonomía y comenzó a juntar firmas en la plaza central de Sucre, escenario de cruentas peleas que terminaron con tres muertos hace apenas unas semanas. La consulta será para determinar si la región quiere o no empezar el proceso que esta semana comenzaron Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, al redactar sus estatutos autonómicos.

Aprovechando la fecha elegida por Morales para presentar su Constitución, las cuatro provincias opositoras intentarán hoy conseguir el apoyo necesario para convocar a nuevos referéndum autonómicos. En Santa Cruz, centro neurálgico de la Media Luna, esto requerirá unas siete mil firmas y cerca de un millón de dólares. Ni uno ni lo otro será muy difícil de conseguir en la provincia más rica del país. Pero lo que más irrita al gobierno nacional no es la convocatoria a un nuevo referendo, sino la instalación de la llamada Asamblea Legislativa Regional, una institución creada a partir del actual Consejo Departamental para comenzar a redactar leyes cruceñas. El problema es que ni la actual ni la nueva Constitución reconocen al Consejo Departamental como un órgano legislativo.

Por esto y por desconocer el resultado nacional del referéndum autonómico del año pasado, el presidente Morales ha puesto en alerta a las fuerzas armadas y ya movilizó a cerca de 400 tropas al departamento cruceño. La advertencia fue clara. “No se permitirá ninguna separación, ninguna división de Bolivia”, aseguró el mandatario, quien ayer volvió a llamar al diálogo “sincero y honesto”. Lejos del discurso conciliador del jueves del vicepresidente Alvaro García Linera, el mandatario salió a atacar sin miramientos el estatuto autonómico aprobado esta semana en Santa Cruz. En el texto se establece la creación de una fuerza policial departamental. “¿Qué sería de una policía nacional que tenga nueve mandos en nueve departamentos? Sería fatal para la unidad del país”, cuestionó Morales, quien calificó a la iniciativa de inviable.

Las palabras del mandatario no tuvieron ningún eco en Santa Cruz, en los carteles de “Ya somos autónomos” que ya son parte del paisaje cotidiano ni en el resto de los departamentos opositores. Chuquisaca, por ejemplo, anunció que no sólo volverá a hacer una consulta por su autonomía departamental, sino también por la sede de la capital nacional y los tres poderes. Esta discusión fue la que paralizó a la Asamblea Constituyente durante meses y la que terminó de enfrentar al oficialismo y la oposición. Desconociendo totalmente la nueva Carta Magna, la región de la Media Luna vuelve a amenazar con reactivar el tema y utilizarlo para impulsar sus aspiraciones autonomistas.