EL MUNDO › ENSAYA UNA NUEVA ESTRATEGIA PARA GANARLE A OBAMA

Hillary, contra viento y marea

Tras sus ocho derrotas consecutivas en la contienda demócrata, Clinton intensifica su campaña pensando en Ohio y Texas. Del lado republicano, Romney dio su apoyo al favorito, McCain.

Después de ocho derrotas consecutivas con su rival demócrata Barack Obama, Hillary Clinton intenta dar un golpe de timón en su estrategia para que no se le hunda el barco. Avisos televisivos que desafían a Obama a debatir con ella y la apertura de nuevas oficinas son algunos de los primeros pasos que dio la senadora para recuperar el terreno perdido, en momentos en que diversos medios norteamericanos le asignan más delegados a su rival. Bueno, ayer supo que ganó en Nuevo México, el pasado supermartes. Pero mientras Clinton aspira a resurgir en las elecciones de marzo, Obama visitó esta semana una planta automotriz para quitarle silenciosamente parte de la base social de su contendiente. Del lado republicano, Mitt Romney, el precandidato que tiró la toalla, salió ayer a apoyar a John McCain, el conservador favorito en estas elecciones.

Fue el baldazo de agua fría que recibió en las últimas primarias lo que despertó dudas acerca del mensaje y la estrategia que sostenía Clinton, sugirió ayer el diario The Washington Post. Estos dos elementos son los que, según estrategas demócratas, la precandidata debe mejorar si pretende detener a tiempo la carrera ascendente de Obama en los comicios del 4 de marzo, con sede en Texas y Ohio. Por eso, ayer la senadora lanzó un nuevo comercial criticando a su rival por hacer lo que hacen todos los políticos pragmáticos cuando van ganando: rehusarse a debatir, al menos hasta que pasen las primarias del martes 4, ya denominado “supermartes bis” en las que Clinton tiene puesta toda su confianza.

Sin embargo, hay quienes creen que cualquier cambio para esa fecha podría ser demasiado tarde. “No creo que pueda esperar hasta el 4 de marzo”, dijo el analista demócrata Bill Carrick. “Tiene que imponerse (en Wisconsin). Se está desarrollando una tendencia estado tras estado. Las primeras encuestas mostraban una gran líder y luego se evaporó. Texas y Ohio no son demográficamente inmunes a la tendencia nacional”, señaló.

Luego de pasar la noche en Virginia, donde dio una conferencia de 40 minutos, la senadora visitó la localidad de Robstown, en Texas, para cuestionar el monopolio que tiene Obama sobre el “cambio”. “El cambio va a suceder querramos o no. El cambio es parte de la vida, es constante. La pregunta es quién puede controlar y liderar el cambio para que haga progresar América”, advirtió. En una conferencia de prensa, Clinton se esforzó por sonreír mientras intentaba despegarse de la derrota del martes. “Algunas semanas uno de nosotros está arriba y a la siguiente el otro está abajo, y luego al revés”, dijo.

Pero aunque Clinton aferre sus esperanzas a los comicios de marzo antes que a los de febrero, sin saberlo su estrategia tiende a convertirse cada vez más en la del conservador recientemente derrotado Rudy Giuliani, que apostó todo al terreno que manejaba, el estado de Florida, hasta que descubrió cuando le llegó su turno que en el trascurso sus contrincantes le habían arrebatado incluso los zapatos sobre los que se paraba.

Con las cuentas en contra –tanto CNN como The New York Times le dan más delegados a Obama–, la ex primera dama visitó ayer una planta automotriz de General Motors en Ohio, según informó CNN. Ese fue el lugar que escogió para marcar territorio. Frente a una audiencia de obreros y miembros del sindicato automotriz, la senadora dijo que se sentía orgullosa de ser la candidato de los trabajadores. Asimismo, señaló que recibió el apoyo de una docena de gremios nacionales, seis millones de obreros y obreras, incluidos los afiliados de la planta de Maytag en Illinois, que Obama, senador por ese distrito, acostumbra a mencionar en sus discursos. “El sindicato me apoya porque cuando se perdieron 1600 puestos, él no hizo nada”, dijo.

La visita que hizo la senadora a la planta se produjo un día después de que el líder del cambio hiciera un acto en una fábrica –también perteneciente a General Motors– en Janesville, en Wisconsin. Rodeado de obreros que le tomaron fotos, lo aplaudieron y le propinaron bocinazos de apoyo, Obama habló de la economía. “La crisis que costó empleos y se llevó los ahorros no era inevitable. Fue un error de liderazgo y de Washington”, dijo, condenando los tratados como el TLC entre Estados Unidos y México (Nafta), y un acuerdo con China. Pero para que no quedaran dudas de hasta dónde llega el efecto Obama, el senador se encargó de ponerles límites a las expectativas que miles tejen en torno de él. “Creo en el libre mercado, creo en el capitalismo y en los negocios”, aclaró.

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Clinton se esforzó por sonreír mientras intentaba despegarse de la derrota del último martes.
 
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