Petrobras denunció ayer el robo de información “estratégica y secreta” de su último gran descubrimiento, el megapozo petrolero de Tupí. La primera especulación que surgió en Brasilia fue la de espionaje industrial. Los datos sobre las todavía inciertas reservas del yacimiento de Tupí desvelan a más de un rival de la gigantesca petrolera brasileña. Según explicó Petrobras en un comunicado, dos notebooks y un disco rígido desaparecieron cuando eran transportados dentro de un container, que partió de una plataforma marítima cercana a la ciudad paulista Santos y llegó a las oficinas de la empresa estatal en Río de Janeiro. “La seguridad del container era responsabilidad de una empresa tercerizada”, agregó Petrobras. Horas después, el diario Folha publicó que la policía federal había asegurado que aquélla era la norteamericana Halliburton, la misma que tuvo dentro de su directorio al vicepresidente Dick Cheney. Tanto Petrobras como Halliburton tendrán dos semanas para entregar toda la información que tengan sobre el robo. Mientras tanto, el gobierno brasileño cruzará los dedos para que este traspié no repercuta en la bolsa. Desde el anuncio del descubrimiento de Tupí en noviembre pasado, las acciones de Petrobras no han sufrido grandes bajas.