Desde New York y Jerusalén

El precandidato demócrata Barack Obama lanzó un ataque feroz contra la política exterior “hipócrita” de Jonh McCain y el presidente George W. Bush. Con un lenguaje agresivo, Obama pretende impedir que los republicanos lo presenten como un político débil en materia de seguridad norteamericana, al mismo tiempo que se prepara, según lo dijo este fin de semana, para anunciar mañana su victoria sobre Hillary Clinton. La ex primera dama enfrentará en Kentucky, donde cuenta con ventaja, una de las últimas batallas por la nominación demócrata, dado que en Oregon los sondeos corren a favor de su rival.

La táctica del bando de Obama consiste en catalogar a McCain como el indeciso del año en política exterior. Para ello Obama no ha dudado en apelar a la entrevista realizada en 2006 por Sky News a McCain, poco después de que la organización palestina Hamas ganara las elecciones en el país ocupado por Israel, para argumentar que el candidato conservador alguna vez tuvo una línea pragmática. En la entrevista, James Rubin, un ex vocero del departamento de Estado durante la administración Clinton, le preguntó a McCain si la política norteamericana debía cambiar luego de que Hamas ascendió al poder. “Ellos son el gobierno. Tarde o temprano vamos a tener que tratarlos, de una manera o de otra”, respondió el republicano. Durante el fin de semana, el precandidato demócrata aprovechó las contradicciones de su rival para desacreditarlo. “De hecho, él es culpable de las mismas cosas de las que me ha acusado, y dijo que tal vez habría que negociar con Hamas. Esa es la hipocresía que vemos en la política exterior (del gobierno)”, señaló.

Pero McCain dice que tuvo otra posición en 2006, que él siempre sostuvo que no debería haber ninguna conversación con Hamas hasta que renuncie a la violencia, una posición que comparte Obama. McCain acusó en numerosas ocasiones al senador de Illinois de ser efectivamente “apoyado por terroristas”, indicando que un portavoz de Hamas manifestó su preferencia por una victoria de Obama. En respuesta, las huestes del candidato por el cambio desmienten la versión y advierten que un gobierno de McCain prolongaría por cuatro años más una política exterior que ha fracasado, tanto para combatir el extremismo islámico como para capturar a Osama Bin Laden, y que sólo fortaleció a Irán en Medio Oriente.

Asimismo, Obama cree que los republicanos son “sembradores del miedo” y acusa a Bush y McCain de apoyar una política exterior “ingenua e irresponsable”. “Si George Bush y John McCain quieren debatir sobre la seguridad de Estados Unidos, ésa es un discusión de la que quiero ser parte en cualquier momento y lugar”, dijo el candidato afroamericano en un acto en Dakota del Sur.

Mientras los demócratas esperan firmemente que la política exterior se convierta un gran campo de batalla en la campaña presidencial, los republicanos creen que ese tema tiene la potencialidad de ser la mayor debilidad de Obama en noviembre, basados en que los votantes comparan a un veterano político y un héroe de guerra con un senador primerizo que promueve negociaciones con Irán y otros estados “enemigos”.

Los golpes intercambiados hasta ahora representan la primera gran batalla en la campaña por la elección presidencial. Pero la disputa surgió antes de que el senador conquistara formalmente la candidatura de su partido, ya que Obama tiene una veintena de delegados menos de los necesarios para obtener la mayoría necesaria sobre Hillary. Hasta ahora el senador reunió bajo su nombre a unos 1893 delegados, incluidos los “super delegados” –dirigentes del partido libres de decidir su voto– frente a los 1720 de Clinton, según informó el sitio RealClearPolitics. Se precisan cerca de 2025 delegados para obtener la candidatura.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.