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LUIS ZAMORA *.

Este resultado es parte de un proceso de cambio en América latina, de una rebeldía que sale de abajo a la superficie de modo diferente: en Argentina, el 19 y 20 de diciembre, y en otros lugares, con procesos electorales. Hay un proceso de cuestionamiento a las imposiciones de Estados Unidos. Gutiérrez no es la rebeldía, pero en el proceso electoral de Ecuador la refleja: justamente ese país viene de una movilización indígena y campesina extraordinaria; electoralmente –y coyunturalmente– se expresa por este coronel. Expresa el mismo fenómeno que el Frente Amplio, Lula o los Sin Tierra, o del 19 y 20 acá, o la movilización popular que en Venezuela derrotó los intentos de golpe; es parte de una América rebelde que se expresa de múltiples formas. Se trata de un proceso de cuestionamiento a Estados Unidos. No digo que se exprese siempre como el caso de Gutiérrez en un proceso electoral, sea antiimperialista o que tenga prevista una política de confrontación –recordemos que entre la primera y la segunda vuelta Gutiérrez fue a Estados Unidos a tranquilizar–. Ahora, el proceso en Ecuador y en general en América latina es cuestionador de Estados Unidos. Por eso ganan más populistas, o en el caso de Brasil el Partido de los Trabajadores, o en el caso de Uruguay ascienda en intención de voto el Frente Amplio –alianzas de la izquierda con el centroizquierda–; o en Bolivia, un movimiento indígena y campesino con posiciones de izquierda (Evo Morales). Un proceso de crisis de los dirigentes políticos y partidos tradicionales: Partido Blanco y Partido Colorado en Uruguay, peronismo y radicalismo en Argentina. Esto pasó en Ecuador. Hay un agotamiento de un modelo económico y también un cuestionamiento de los regímenes políticos.

* Diputado de Autodeterminación y Libertad.