El caso del arsenal uruguayo llegó al Parlamento. A pedido del opositor Partido Nacional (PN), los ministros frenteamplistas de Interior y Defensa, Jorge Bruni y Gonzalo Fernández, acudieron ayer al recinto para responder a las acusaciones de la oposición que, a días del ballottage, busca vincular el hallazgo de un arsenal en una casa a las afueras de Montevideo con dirigentes del oficialismo. La interpelación duró unas ocho horas. “De ninguna manera se puede decir en este momento cuál es la vinculación política, si es que la hay. Existe un sumario en curso en un juzgado de la Justicia nacional y sería una irresponsabilidad pronunciarse o sacar conclusiones apresuradas, por lo que tenemos que dejar que trabaje la Justicia de manera definitiva sobre el caso”, afirmó Bruni. “En efecto, se trata de la incautación de armas más grande, por lo menos, en los últimos 40 o 50 años. Pero el hecho de que existan algunas muy viejas junto con otras modernas es un hecho contradictorio. Este arsenal fue construido durante años”, estimó el titular de Interior.

El ministro de Defensa, a su turno, se limitó a precisar que de las 700 armas incautadas, solamente cuatro habían sido robadas al ejército nacional. El origen del resto, aclaró Fernández, todavía se está investigando. Para la oposición, las cosas no quedaron claras. “El caso nos deja sombras, tremendas sombras”, aseguró el interpelante Gustavo Borsari, de la bancada de la derecha. Pero, por seis votos sobre 11, la Comisión Permanente del Parlamento, con mayoría oficialista, consideró “satisfactorias” las explicaciones brindadas por los ministros.

El arsenal fue hallado cuando un depósito en el balneario de Shangrilá se prendió fuego. Tras localizar a su propietario, la policía rodeó el inmueble e intimó al contador Saúl Feldman a entregarse. Este se atrincheró, quemó documentos y se tiroteó con los agentes por horas. Tras matar a un policía, cayó abatido de ocho balazos.