La corrupción sigue siendo uno de los ejes de la campaña brasileña. Aunque esta vez las acusaciones no fueron para los aliados de Dilma Rousseff. Días atrás, la revista Isto E publicó que Paulo Vieira, ex director de una empresa de obras públicas de San Pablo, recibió propinas de constructoras privadas para financiar la campaña del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). El opositor José Serra fue gobernador del estado paulista. Como publicó la agencia ANSA, hubo desinteligencias y el ingeniero Vieira se habría apropiado de unos 2,5 millones de dólares de un fondo ilegal, que recibió el nombre de Caja Dos. El candidato socialdemócrata que el 31 de octubre se medirá con Rousseff en el ballottage salió a desvincularse de las denuncias, a las que calificó como fantasiosas. “No tienen ni pies ni cabeza. Eso es completamente ridículo”, se quejó la semana pasada Serra. “En mi campaña no hubo desvío de dinero”, aseguró.