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Las prioridades humanitarias parecían haber triunfado el miércoles sobre las diferencias políticas. El Consejo de Seguridad de la ONU esperaba aprobar antes de finales de esta semana una resolución que destinará nuevos fondos a las necesidades más urgentes de la población iraquí. El debate no abordó las cuestiones esenciales sobre las que nadie se atreve a pronunciarse todavía: el papel de la ONU en la reconstrucción de Irak y la futura gestión del crudo iraquí. “Vemos la luz al final del túnel y esperamos que el túnel sea corto”, resumió el miércoles el embajador francés ante la ONU, Jean Marc de la Sablière. El Consejo de Seguridad, tras una semana de discusiones, aprobaría en los próximos días una resolución que permitirá al secretario general, Kofi Annan, disponer de los fondos del programa Petróleo por alimentos (se estiman en unos 10.000 millones de dólares) para solventar la crisis humanitaria en Irak. El mandato de Annan duraría 45 días tras lo cual se replantearía el futuro del programa.