[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

@El canciller de Venezuela, Nicolás Maduro (foto), conoció al presidente Hugo Chávez mientras éste se encontraba preso en la cárcel de Yare, durante el fallido golpe de febrero de 1992. La esposa del mandatario, abogada y actual procuradora del país, Cilia Flores, fue una de las encargadas de luchar por su liberación. El vicepresidente venezolano fue elegido por el jefe de Estado caribeño como su eventual sucesor. Maduro llevaba seis años como jefe de la diplomacia venezolana cuando en octubre pasado, a poco de ganar una nueva reelección, Chávez renovó su confianza en él y le sumó el cargo de vicepresidente, lo que terminó de darle el cartel de “hombre fuerte” del oficialismo. Colaborador histórico del líder bolivariano, Maduro aparece como uno de los hombres con mayor proyección del chavismo. Hasta tal punto es así que Chávez pidió el sábado por la noche a los venezolanos que, en caso de que su enfermedad lo alejara del cargo, debían respaldar a Maduro en eventuales elecciones como candidato del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Nacido en Caracas en 1962, Maduro fue militante del maoísmo y chofer del metro de la capital venezolana, desde donde llegó al liderazgo sindical en los años ’90. Además fue uno de los fundadores del Movimiento V República (MVR), que luego derivó en el PSUV, y resultó elegido diputado en 2000, tras haber participado en la redacción de la nueva Constitución de 1999. Sin formación universitaria, el ex dirigente sindical fue designado en enero de 2006 presidente del Parlamento, pero en agosto se mudó al Ministerio de Relaciones Exteriores, donde se convirtió en el ministro con más presencia en la era de Chávez. Al frente de la jefatura del legislativo lo sucedió su esposa. Cuadro del oficialismo para los analistas y medios caraqueños, la elección de Maduro despeja las dudas sobre quién sería el elegido de Chávez, en una pulseada en la que el canciller dejó atrás al titular de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello; al ministro de Interior, Tareck El Aissami; y hasta a Adán Chávez, gobernador de Barinas y hermano mayor del presidente. En 2011, en el inicio de la crisis de salud del presidente, que lo mantuvo alejado de la vida pública durante casi un mes, a Maduro le tocó anunciar que Chávez había sido operado de un absceso pélvico, y luego lo visitó frecuentemente en La Habana durante sus tratamientos médicos. Varios analistas destacan su tono conciliador y su gran capacidad de influir y de negociar entre las distintas facciones de la coalición oficialista. “No es ruidoso verbalmente” y “pareciera ser una persona con la naturaleza de canciller, dispuesta al diálogo”, opinó el politólogo Ricardo Sucre. “Además es la opción de los (líderes cubanos Fidel y Raúl) Castro”, agregó el profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV).