El obispo de San Pablo, Odilo Scherer, afirmó que los costos de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra en Río de Janeiro en gran medida son solventados por los participantes y negó que las protestas que se dieron el lunes por la noche estén dirigidas contra el papa Francisco. Según entiende el obispo, las manifestaciones están relacionadas con la política local y no contra el Papa o contra la Jornada Mundial de la Juventud, al tiempo que sostuvo que el gobierno brasileño hace mucho para incluir y aún queda mucho por hacer. Además, repudió los hechos de violencia ocurridos en las últimas horas como cosas que no deberían ser parte de las manifestaciones democráticas. “Entiendo que son acontecimientos periféricos que aprovechan la visibilidad que genera la Jornada”, destacó en conferencia de prensa Scherer, donde además respondió a quienes señalan el encuentro de Río como un gasto inapropiado. También subrayó que lo aportado por el Estado para la realización de la Jornada no era un gasto que fuera asimilable a desperdicio, sino que era dinero que se inyectaba en la economía de Río y Brasil. Scherer evitó opinar sobre el posible contenido social de los discursos que dirá el Papa durante la semana, que se especula que será dirigido principalmente a la juventud, pero arriesgó que las palabras de Francisco marcarían no sólo el corazón de los jóvenes, sino los de todos los demás.