Jueves, 29 de agosto de 2013 | Hoy
EL MUNDO › OPINIóN
Por Patrick Cockburn *
Cualquiera sea el misil que impacte en Siria, provocará un alza en la temperatura en toda la región. Lo que no resulta claro es si la elevada temperatura será temporaria o permanente. Cualquiera sea el justificativo para la acción por parte de Estados Unidos y sus aliados, será vista en el mundo como otra intervención militar liderada por Estados Unidos en el amplio Medio Oriente del estilo de Irak, Afganistán, Somalia, Libia y el Líbano en los últimos 35 años. Las acciones militares británicas y francesas son justificadas por David Cameron y François Holland sobre terrenos puramente morales, como un acto de retribución por el uso de gas sarín contra civiles en Damasco y para evitar que vuelva a suceder.
Esto puede ser bien digerido por los públicos nacionales pero encontrará pocos creyentes en Medio Oriente. El ex Consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Zbigniew Brzezinski, dijo en una entrevista: “Estoy asombrado por lo ansiosos que parecen estar Gran Bretaña y Francia a favor de la acción militar. Y también soy consciente del hecho de que ambos poderes son ex imperialistas, potencias colonialistas en la región”. Los ataques aéreos sólo confirmarán las sospechas de los motivos británicos y franceses. Los ataques aéreos ¿harán que se expanda el conflicto sirio a otros países en la región?
El punto importante aquí es asimilar cuánto se ha expandido ya y el grado al cual ya desestabilizó a los vecinos de Siria. El Estado Islámico de Irak y Levante, vinculado con Al Qaida, que lucha tanto en Irak como en Siria, ya se fortaleció gracias a Siria, y es responsable por los bombardeos en Irak más intensos que cualquier cosa vista desde 2008. La misma organización es responsable por la limpieza étnica de los kurdos sirios en el noreste de Siria, 40.000 de los cuales han huido ya al autónomo Gobierno Regional de Kurdistán, en el norte de Irak.
Si el gobierno de Assad se debilita, entonces el Estado islámico, el Frente al-Nusra y otros jihadistas, fuerzas de lucha efectivas rebeldes, se fortalecerán. Probablemente Turquía apoyará las acciones de Estados Unidos, su importancia depende de si la base aérea de Estados Unidos en Incirlik, en el sudeste de Turquía, se usa. Turquía tiene una larga frontera de casi mil kilómetros con Siria, pero es vulnerable a Siria e Irán actuando a través de la minoría kurda turca. El apoyo del gobierno turco a los rebeldes en Siria también es fuertemente resistido por la oposición turca, que ha sido revigorizada por las masivas protestas callejeras este verano.
El Líbano ya está temblando bajo el impacto de la crisis siria, con grandes bombas contra el distrito chiíta en el sur de Beirut y dos mezquitas sunnitas en Trípoli. Tanto como un millón de sirios han huido a Siria. El Líbano no se está separando todavía, pero los ataques aéreos aumentarán las tensiones aún más. A pesar de las amenazas ocasionales, es poco el interés de Irán o Hezbolá en agudizar el conflicto sirio. que pone en peligro a ambos, al actuar contra Israel o los intereses occidentales. Jordania, como siempre, está tratando de balancear las fuerzas opositoras, con un vocero diciendo: “Jordania no estará lanzando una rampa para ninguna acción contra Siria”. Pero hay informes de buena fuente que dicen que Jordania es realmente una base para entrenamiento de la CIA de los rebeldes sirios con apoyo de Arabia Saudita.
Israel está en una posición ambivalente: por un lado estaría encantado de sacarse de encima al presidente Assad y ver la destrucción de Siria que ha estado en contra de Israel durante 40 años. Por otro lado, las fuerzas que más probablemente reemplacen a Assad serían más anárquicas y más peligrosas. ¿Y que pasaría si la guerra civil terminara con un Assad debilitado todavía en el poder pero aún más dependiente de Irán y Hezbolá?
El presidente Obama se enfrenta a un problema en su esfuerzo por decidir entre una acción militar suficientemente fuerte para mostrar la fortaleza de Estados Unidos pero no tanto como para cambiar radicalmente el equilibrio del poder en Siria. Quiere una coalición amplia pero algunos miembros de ella, como Arabia Saudita, Qatar y Turquía, quieren ir más lejos que él en la campaña para derrocar al gobierno de Damasco. Y, suceda lo que suceda, el balance de las fuerzas será perturbado afectando no sólo la lucha dentro de Siria sino la confrontación regional entre sunnitas y chiítas y entre Arabia Saudita e Irán.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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