Cientos de refugiados pasaron de Grecia a Macedonia tras una larga caminata a pie para huir de las pésimas condiciones del campamento heleno de Idomeni, desafiando el cierre de la frontera decretado por las autoridades macedonias. Después de caminar ocho kilómetros se enfrentaron a la corriente del río Suva Reka hasta llegar a la otra orilla, que dista 500 metros de la frontera. En ese punto no había valla que les impidiese continuar su camino hacia Centroeuropa, en especial, con destino a Alemania. Los jóvenes voluntarios de organizaciones internacionales formaron una cadena humana para ayudar a cruzar el río a ancianos y a mujeres con niños. La canciller Angela Merkel señaló ayer que su país se beneficia del cierre de la ruta de los Balcanes a los migrantes, pero que no es una solución duradera a la crisis migratoria en Europa.

Policías de asalto griegos quisieron frenar al grupo de migrantes que marchaba rumbo a Macedonia, pero finalmente les permitieron seguir su camino. En el mismo río se habían ahogado poco antes tres migrantes afganos. Según medios macedonios, 2000 personas entraron de forma ilegal al país a través de la localidad de Gevgelija, aunque el Ministerio de Interior macedonio rebajó la cifra a “más de 700”. La semana pasada, Merkel criticó el cierre de la ruta de los Balcanes por la que pasan los migrantes que aspiran llegar al norte de Europa y que ha dejado bloqueados en Grecia a decenas de miles de personas.