El primer ministro italiano, Matteo Renzi, mostró ayer su descontento con sus socios europeos por los pocos avances sobre migración y hacia una mayor flexibilidad de las políticas de disciplina fiscal, durante la cumbre informal sobre las dificultades que atraviesa la Unión Europea (UE). Para el socialista italiano, el resultado principal del encuentro en Bratislava de los líderes europeos –celebrado sin la “premier” británica Theresa May– fue “la elección de un camino”, pero lamentó que no hubiera “resultados concretos”. En una rueda de prensa en solitario celebrada al mismo tiempo que la conferencia conjunta de sus homólogos, François Hollande, y Angela Merkel, Renzi mostró su desacuerdo con sus socios. “Si sobre algunos temas Alemania y Francia se ponen de acuerdo y dicen que están satisfechos, yo estoy contento por ellos. Pero yo no estoy contento con conclusiones sobre migración y crecimiento, entonces no puedo hacer una rueda con Merkel y Hollande sin compartir las conclusiones”, subrayó. “No es un hecho polémico, es un hecho de seriedad. Tengo que poder volver a Italia y decir que en estos puntos hubo progreso y en estos no. No puedo recitar el libreto para hacer ver que estamos todos unidos”, añadió. Renzi criticó el “pasito adelante” dado en materia de migración, con la presentación de una “hoja de ruta” común con las discusiones mantenidas por los líderes sobre los retos que afronta la UE y que contiene un “calendario importante” que culminará con otro encuentro en Roma en marzo. “Defender que se dio un paso adelante en el documento de migración de hoy me exigiría un poco de fantasía, del tipo a la que sólo se pueden prestar los funambulistas del vocabulario”, apuntó el primer ministro italiano. “Italia puede actuar sola, si tiene que hacer su parte, la hará sola, pero si se imaginaban ustedes que íbamos a dar un gran discurso europeo sobre la guardia de fronteras y después lo único que hace es llevar a los inmigrantes a Sicilia, este sistema no puede continuar en los próximos meses”, dijo.