EL MUNDO
Un abogado norteamericano
“Saddam Hussein debe ser considerado inocente antes de que se pruebe lo contrario.” Esta irreprochable declaración provino ayer de una fuente sorprendente: Colin Powell, secretario de Estado norteamericano, quien hace más de un año blandiera melodramáticamente un tubito de supuesto ántrax ante el Consejo de Seguridad de la ONU como prueba del arsenal químico que nunca se le encontró a Saddam, pero que desde entonces ha estado buscando distanciarse de lo que él mismo dijo por miedo de culpar a la CIA de sus propios errores.