EL MUNDO › HABLA LA DIPUTADA ALICIA CASTRO, ALIADA ARGENTINA DE HUGO CHAVEZ
“Bush tiene buenas razones para temer”
Por L. B.
“Y tengo el enorme placer de que esté aquí, acompañándonos, para traernos su solidaridad –expresó el presidente venezolano señalando al palco de visitantes–, una gran luchadora como la diputada de Argentina Alicia Castro.” La gente siguió al dedo que señalaba hacia el palco y aplaudió a la diputada que se paró para saludar con sus brazos levantados.
“Llegué a Venezuela hace dos años –explica–, en medio de la crisis política argentina, de la falta de rumbo y de la necesidad de encontrar una orientación política.” Se entusiasma cuando habla de Chávez y lo compara con otros procesos latinoamericanos. “En Argentina, en Ecuador y en Bolivia la gente se levantaba para echar a gobiernos ineficientes que habían traicionado sus mandatos y sus promesas electorales, y aquí pasaba todo lo contrario.”
Cuando llegó en esa época, Chávez la invitó a su programa Aló Presidente, donde pocos elegidos tienen la oportunidad de asistir. Después la invitó a una reunión de trabajo en septiembre de 2002 y viajó nuevamente. “Hicimos un programa de discusión común y le expliqué que estábamos tratando de construir una herramienta política que pudiera reunir a todos los sectores por encima de la corporación política que tanto daño le hizo a la Argentina”, recuerda. “Ese mismo día empezamos a trabajar en una agenda que pudiera unir a los dos países en un proyecto común, hablamos de la posibilidad de una Petrosur y ahora me quiero dedicar a trabajar en un programa alternativo al ALCA, que llamamos ALBA.”
“Muchos de lo que hablamos ya se está poniendo en marcha, a mí me emociona que eso que empezó como una charla se empiece a convertir en una realidad.La primera impresión que tuve de Chávez fue la de un hombre de gran carisma , que está en condiciones no sólo de dinamizar proyectos, sino también de movilizar sentimientos masivos. Chávez está llamado a tener un gran liderazgo continental.” La permanente convocatoria a las figuras históricas de San Martín y Bolívar, “retomar los grandes ideales libertadores”, constituye para ella un cambio radical con respecto a los últimos años de “discurso neoliberal insípido, tecnocrático e inentendible para los sectores populares”.
Advierte que “para los argentinos es difícil reconciliarnos con la imagen de un militar democrático, pero éstos son militares que vienen de otra escuela, que no han sido mercenarios de los poderes económicos”. Y agrega para finalizar que Chávez, “a diferencia de otros líderes de la región, no es tibio; él ha asumido que existe una confrontación real con el poder hegemónico de EE.UU. y que se necesita un poder del Sur para enfrentar a esa potencia. El gobierno de Bush tiene buenas razones para temerle”.