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Francia, antigua potencia administradora, y EE.UU., un país que tuvo una presencia militar decisiva en el Líbano en los años cincuenta y ochenta, pidieron otra vez la retirada “total e inmediata” de las tropas sirias desplegadas en el Líbano. El canciller francés, Michel Barnier, y la secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, formularon esa petición tras reunirse en Londres durante una pausa de la Conferencia sobre Palestina. El presidente sirio, Bachar Al Asad, dijo a la revista Times que la retirada de sus tropas de Líbano “debería ser muy pronto, quizás en los próximos meses”. Y afirmó que no se había reunido aún con el ejército pero que “ellos pueden decir que llevará seis meses”. Los opositores libaneses, a dos días de la renuncia del primer ministro Omar Karamé, pro-sirio, seguían protestando en las calles de Beirut y exigían la retirada de las tropas sirias y elecciones “sin amenazas de violencia o intimidación”.