EL MUNDO › HABLA EL ESPECIALISTA SIMON SOLE

“Es un grupo local”

 Por Marcelo Justo

El atentado ejecutado en Londres sería obra de un grupo británico musulmán y no de la red internacional fundamentalista Al Qaida. Esta es la evaluación que hace Simon Sole, director de “Exclusive Analysis”, una organización con sede en Londres especializada en temas de seguridad. Ex oficial de inteligencia de la Marina británica, con estudios en Cambridge y en la Escuela de Guerra de Pakistán, Sole dialogó con Página/12 sobre el atentado del jueves.
–¿Cuál es la evaluación que hace de los atentados del jueves?
–En primer lugar consideramos que es un grupo embrionario oriundo de la misma Gran Bretaña que no tiene la misma capacidad operativa que la antigua Al Qaida. No negamos que tenga algún vínculo con la antigua Al Qaida, pero es un grupo de carácter local y no regional.
–¿Qué piensa entonces de la Organización Secreta de Al Qaida de la Jihad en Europa que reivindicó los atentados en un comunicado el jueves?
–Hay dudas sobre su autenticidad, pero puede ser un mensaje genuino. Que nosotros distingamos entre la antigua Al Qaida y los grupos que hoy operan en su nombre, no significa que estos grupos no reconozcan la autoridad ideológica y moral de Al Qaida. Pero no tienen un vínculo orgánico. Lo que sí quieren es aprovechar su nombre y prestigio para aumentar la repercusión del hecho. Pensamos que se trata de un grupo sunnita al igual que Osama bin Laden y la estructura de Al Qaida, que odia a Estados Unidos y Gran Bretaña por la invasión a Irak y que toma el estandarte de Al Qaida para dar mayor visibilidad a sus acciones. Los grupos chiítas como Hezbolá no suelen actuar fuera de sus propias fronteras.
–Entonces, usted cree que Al Qaida es en realidad una especie de sello o paraguas ideológico bajo el cual diversos grupos sin contacto entre sí se colocan porque tienen una afinidad religiosa, política y metodológica de fondo.
–Bin Laden es una suerte de icono para todos estos grupos. Su figura es legendaria para la comunidad musulmana árabe radicalizada. Incluso en un momento se dudó si está vivo o muerto. Esto, en realidad, no es muy importante. Lo importante es la influencia internacional que tiene sobre grupos jóvenes, muchos de clase media y con estudios universitarios, políticamente principiantes, que sienten un odio visceral por Israel, por Estados Unidos y por su principal aliado Gran Bretaña.
–Algunos autores han puesto en duda la existencia misma de Al Qaida original, a la que calificaban de nomenclatura occidental para clasificar un hecho complejo que no respondía a los patrones que se tenían para analizar ese tipo de fenómenos. ¿Comparte esta visión?
–No. Creemos que Al Qaida antes de los atentados del 11 de septiembre era una organización real, con grandes recursos económicos y con una importante capacidad militar, con combatientes experimentados y una importante base que le daba el régimen talibán en Afganistán. Pero una vez que cayeron los talibanes, y Estados unidos fue por la yugular cortándoles los flujos financieros, desmembrando células, capturando líderes, creemos que Al Qaida se convirtió en una cáscara vacía con gran poder de convocatoria entre jóvenes musulmanes que viven en países occidentales.
–También en Irak se ha hablado mucho de la influencia de Al Qaida en la resistencia a la ocupación.
–En un principio los combatientes eran sobre todo de Arabia Saudita, Pakistán y Argelia, pero con el tiempo fueron incorporando a la minoría sunnita que resiente mucho la ocupación y el hecho de que con la misma están perdiendo el poder que han ejercido sobre la mayoría chiíta. En la medida en que no se les dé una plena participación en el gobierno, Estados Unidos no podrá salir de un país en el que tiene cada vez más problemas.
–Volviendo al atentado en Londres, ¿qué revela la praxis misma del atentado sobre el grupo que lo ejecutó?
–Revela la existencia de grupos embrionarios radicales islámicos en el Reino Unido. Al principio, estos grupos no tenían la capacidad para montar atentados terroristas. Por eso no pasó mucho desde la invasión a Irak. Es posible que los servicios secretos hayan abortado varios atentados de este tipo, pero la realidad es que un atentado en el transporte público es relativamente fácil de hacer. El manejo y la manufactura de bombas o su activación no es algo complejo. La manufactura se puede sacar de Internet. La activación es bastante sencilla como mostraron los atentados de Madrid: bastan teléfonos celulares. En el caso de las tres bombas en el subterráneo, obviamente no se utilizó este sistema. Creemos que fueron bombas de tiempo activadas por alguien que se bajó en la estación previa. En el caso del autobús es posible que se la haya activado por un celular. Pero lo cierto es que el gran problema para ejecutar este tipo de atentados es conseguir la carga explosiva. La ejecución en sí no presenta tantas dificultades.
–Usted los llama grupos embrionarios pero han resultado muy efectivos.
–Se puede hablar de una curva de aprendizaje en la práctica de estos grupos porque lograr introducir los explosivos a una isla requiere una buena red clandestina. Estos atentados demuestran que tienen esta red: están mucho mejor preparados que al principio.

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