EL MUNDO › LO QUE LOS ATAQUES DE MADRID ENSEÑAN A LONDRES

Juego de las 7 coincidencias

Por José María Irujo *
Desde Madrid

 Por Marcelo Zlotogwiazda

El paralelismo de la matanza londinense del 7-7 y la madrileña del 11-M ha sido una de las claves para que el Mi5, servicio de espionaje que se ocupa de la información interior en Reino Unido, apuntara desde el primer instante a Al Qaida y a sus grupos asociados como autores del atentado. Otros ataques en Estambul (Turquía) e Indonesia tuvieron alguna similitud, pero el atentado de Madrid parece la fuente de inspiración de la que han bebido los que anteayer sembraron de sangre y terror el subte y las calles de Londres.
¿Cuáles han sido las coincidencias? 1) En las dos ciudades el objetivo fue un medio de comunicación terrestre. Los medios de transporte (aviones en el 11-S, trenes en el 11-M y marítimos en el ataque al buque militar Cole) fascinan a las células de Al Qaida; 2) los terroristas eligieron cuatro objetivos y espaciaron las explosiones. Exactamente igual que en los ataques perpetrados en EE.UU. y Madrid; 3) el golpe lo preparó y ejecutó un grupo numeroso de jihadistas, los necesarios para colocar todas las bombas; 4) la acción terrorista también se ha registrado un jueves. Sólo faltó que fuera el 11 de julio para que se cumpliera toda la simbología que rodea esta clase de acciones, especialmente las más significadas. “No descartamos que los autores del atentado lo tuvieran preparado para ese día y lo adelantaran por la repercusión que había tenido la elección de Londres como sede olímpica y la coincidencia con la celebración de la cumbre del G-8”, especula un analista de la policía. Hasta ahora, Al Qaida y sus células de jihadistas locales han ocupado tres fatídicos onces del calendario: el 11-S en Nueva York (2001), el 11-A en Yerba (Túnez) (2002) y el 11-M en Madrid (2004).
Al igual que en Madrid, saber si hubo suicidas en el ataque de Londres es primordial. Si no fuera así, como en principio parece, el riesgo se multiplica porque los terroristas pueden seguir matando. Jamal Ahmidan, Allekema Lamari y Serhane Ben Abdelmajid, los jefes de la célula local de Al Qaida que perpetró el 11-M, tenían previsto “un baño de sangre” si no se los hubiera neutralizado en un piso de Loganés (Madrid). Su suicidio colectivo, junto con otros cuatro terroristas, es otro de los temas que analizan los servicios españoles con sus homólogos en Londres. La muerte de los siete jihadistas en Madrid marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo internacional en territorio europeo. Fue el primer caso de suicidio jihadista en este continente y los especialistas temieron que provocara un efecto de contagio.
¿Seguirán atacando los autores de la matanza de Londres? Esa es la pregunta que ayer se hacían en la sede de los servicios de información de toda Europa.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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