EL MUNDO › UNA NUEVA HIPOTESIS DE LA POLICIA METROPOLITANA
Ahora, suicidas involuntarios
Por W. Oppenheimer *
Desde Londres
Scotland Yard todavía no ha establecido oficialmente que los autores de la matanza del 7 de julio en Londres fueran suicidas. El hecho de que los explosivos encontrados en el coche que dejaron en la estación de Luton fueran en realidad 16 bombas listas para ser utilizadas ha aumentado las especulaciones sobre la posibilidad –aparentemente remota pero no imposible– de que en realidad creyeran que iban a depositar las bombas pero que tendrían tiempo de escapar.
Varios elementos adicionales tenderían a avalar esta tesis, que no quiso ayer ser discutida por portavoces de la Policía Metropolitana de Londres contactados por este diario, amparándose en que no quieren comentar detalles de la investigación. Una portavoz se limitó a remitir a los comunicados hechos públicos hasta ahora y a admitir que “oficialmente no se trata de terroristas suicidas”. Se sabe que tres de los cuatro presuntos autores del 7-J, Mohamed Sidique Khan, Shehzad Tanweer y Hasib Hussain, viajaron desde Leeds con un coche alquilado hasta Aylesboury, no lejos de Londres. Allí pasaron la noche en casa del cuarto sospechoso, el jamaiquino Lindsey Germaine, y juntos fueron hasta Luton, donde dejaron el coche y tomaron el tren de cercanías hasta King’s Cross, en Londres, un viaje de unos 40 minutos. Allí se desperdigaron y cada cual fue hacia su objetivo. Tres de ellos murieron en distintas estaciones de subte al estallar a las 8.50 de la mañana las bombas que llevaban. La policía dijo primero que casi con toda seguridad no eran suicidas, sino terroristas que depositaron las bombas en el suelo y abandonaron el subte. Luego, al encontrarse documentación y restos de los terroristas en los vagones, prevaleció la tesis del suicidio.
El cuarto terrorista, Hasib Hussain, murió al estallar la bomba que llevaba en un autobús de la línea 30 a la altura de Tavistock Square. Pero había dudas sobre si la bomba estalló por accidente o porque la accionó Hussain. Hay testigos que creen haberlo visto hurgando nerviosamente su mochila: ¿para activar la bomba o, al contrario, para desactivar el temporizador? Quedan muchos interrogantes por despejar. ¿Por qué había explosivos en el coche estacionado en Luton? Podrían ser para otro comando o podría ser que los terroristas esperaran volver con vida y llevar a cabo nuevos ataques. El hecho de que el cuarto terrorista tomara un autobús cerca de King’s Cross casi una hora después de las primeras explosiones hace pensar que dio marcha atrás por las razones que fueran (quizá por problemas en la línea Norte del subte, que podría ser la que tenía que tomar y formar así una cruz con bombas en los cuatro puntos cardinales) y decidiera volver a la estación para reunirse con sus colegas.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.