EL MUNDO › QUE SE LOGRO Y QUIEN GANO
Pistola descargada
Por Rodrigo Fernández
Desde Moscú
El Tratado sobre Reducciones Ofensivas Estratégicas ha sido calificado de histórico pese a ser muy breve: sus cinco artículos con el preámbulo caben en sólo dos páginas. El primero, el más importante, fija el acuerdo de disminuir las cabezas nucleares a un máximo que no debe superar las 1700-2200 a fines del 2012, mientras que el segundo estipula que el tratado sobre Reducción y Limitación de Armamentos Ofensivos Estratégicos, firmado en julio de 1991 y conocido como Start-1, continúa en vigor.
El documento no detalla cómo se hará esa reducción (dos tercios del arsenal estratégico actual), pero se sabe que ha ganado la posición estadounidense: las cabezas, portadores y silos no necesariamente serán destruidos. Para cumplir con el tratado bastará con desmontar las ojivas del misil portador y almacenarlas. Los rusos querían que hubiera una destrucción real de las armas y silos, pero no lo consiguieron. También pensaban que bastaba un techo menor, de 1500 cargas nucleares por lado.
En cualquier caso, como dijo ayer el presidente ruso Vladimir Putin, todos saben que es mucho menos peligroso tener una pistola descargada que una cargada. Lo que los rusos sí consiguieron fue que se reiterara el compromiso con el Start-1, lo cual es importante porque así quedan vigentes los mecanismos de control que contemplaba ese acuerdo. Además, mantienen abierto un canal de diálogo y consultas periódicas.
De no haber logrado que se firmara el acuerdo –y hace unos meses la administración Bush estaba en contra de hacerlo–, Rusia, de todas maneras, por razones económicas, hubiera tenido que reducir su potencial nuclear, pero no hubiera contado, como ahora, con un mecanismo para verificar la situación en EE.UU. El Start, mientras tanto, permite hacer inspecciones a los lugares donde se guardan las ojivas.