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Por Jill Treanor
Desde Londres
La montaña de deuda de 33.000 millones de dólares de World-Com está afectando los balances de al menos 60 bancos, 20 compañías internacionales, cientos de compañías de administración de fondos y algunos de los fondos de inversión más grandes del mundo. Mientras se acelera la busca de instituciones financieras con una gran exposición a la fraudulenta compañía de telecomunicaciones, analistas del sector admiten que es difícil saber exactamente dónde se encuentra el peor caso. La información pública sobre los verdaderos dueños de 30.000 millones de dólares de bonos emitidos por WorldCom y los 3000 millones de dólares de préstamos a la compañía basada en Mississippi es escasa, lo que alienta la circulación de rumores en el mercado sobre dónde están los sectores más afectados.
Esto es así ya que, pese a que la lista de bancos que participaron en los sindicatos que entregaron préstamos a WorldCom se conoce, la mayoría de los bancos que se unieron a los arreglos de préstamo venden a su vez parte de la deuda a otras firmas financieras. Es esta práctica lo que dificulta determinar con precisión qué grado de exposición tienen a WorldCom el Bank of America y el Citigroup, dos de los mayores grupos financieros de Estados Unidos, aunque ambos jugaron papeles clave en la armazón de paquetes de préstamo para compañía. El Bank of América se negó a informar ayer a Wall Street o a la City londinense sobre sus pérdidas potenciales, aunque el jefe de finanzas de Citigroup, Todd Thomson, fue más abierto. Thomson dijo que se esperaba que los negocios corporativos y de banca de inversión de Citigroup sufrieran pérdidas de créditos insignificantes y dijo que sus inversiones de bonos de 70.000 millones de dólares tenían una exposición combinada de 325 millones de dólares.
La confianza en que inversores tales como Citigroup digan la verdad sobre los bonos de los que son dueños es crucial: es allí donde se encuentra la mayor parte de las deudas de WorldCom y donde menos transparencia existe, dicen los expertos, porque muchos de los bonos emitidos por las telecoms son al portador, lo que significa que no se requiere que las instituciones se registren como propietarias. La busca de inversores expuestos se ha extendido a todo el mundo, y uno de los países más afectados puede ser Japón.