El gobierno iraquí asumió ayer el mando de parte de sus soldados y de las operaciones militares en el país. El ejército iraquí es formalmente responsable desde ayer de las operaciones de seguridad en las quince provincias de Irak, incluidas las más conflictivas, en las que opera la insurgencia sunnita, como Al Anbar en el oeste, Diyala en el este y Salahedín y Nínive en el norte. La ceremonia celebrada en la capital, que escenificó la toma de control de la seguridad en Irak por parte del gobierno del primer ministro, Nuri al Maliki, estuvo repleta de optimismo. “Es un gran logro y un día histórico en la vida de los iraquíes”, señaló Al Maliki, quien se dirigió a los terroristas del país en tono firme. “Van a ver un gran castigo donde se encuentren escondidos. No podrán escapar de él, será la muerte o la cárcel.” Los atentados que viene padeciendo Irak desde la invasión de Estados Unidos en 2003 no cesaron ayer. Al menos 39 personas murieron en diversos ataques, doce de las cuales eran policías.