No es el frío que se ha dejado sentir crudamente en esta capital lo que ha despertado otra vez a los “pingüinos”. Los estudiantes secundarios, llamados así por sus uniformes, están hartos del gobierno, los parlamentarios y de los empresarios. Se sienten engañados. “Esa ley que dicen que cambiará nuestra educación no es más que la LOCE (antigua ley orgánica constitucional de enseñanza, derogada el año pasado con la primera marcha estudiantil) con otro nombre y con otra firma”, explica un anónimo estudiante, graficando el sentir de sus compañeros. La Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios volvió a insistir en sus peticiones: no poner en marcha la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil, estatizar los colegios y tarifa gratis en el transporte público. Y el llamado vino acompañado de las tomas. Los voceros –Luis Cabezas, del Liceo de Aplicación, y Zainad Ebrahimi, del Liceo 7 de Santiago– hicieron un llamado “a los estudiantes de todo el país a que tomen sus colegios”. De los doce colegios que estaban en toma, al cierre de esta edición, quedaban el Liceo Barros Borgoño, el de Aplicación, el Cervantes, A-24, Juan Antonio Ríos y Liceo 4. Pero la presencia de Carabineros en los liceos de Aplicación y Cervantes hacían inminente su desalojo. Ebrahimi sostuvo, con respecto a la Ley de Responsabilidad Penal que entra en vigencia hoy, que ésta no distingue entre “un menor que roba y otro que protesta en la calle por una mejor sociedad. Eso nos coarta la libertad y nos somete al terror”.