EL MUNDO › SE REUNIO CON EL LIDER OPOSITOR DE VENEZUELA

Shannon, el antibolivariano

La oposición venezolana acude a Estados Unidos por ayuda. Manuel Rosales, el principal líder del antichavismo, gobernador de la rica provincia de Zulia y el último rival electoral de Hugo Chávez, se reunió ayer con el representante para América latina del Departamento de Estado, Thomas Shannon, en Washington. El venezolano no se anduvo con vueltas. Le pidió al funcionario norteamericano que lo ayude a frenar la reforma constitucional que impulsa Caracas. “Estamos planteando al gobierno de Estados Unidos la posibilidad de presionar en instancias internacionales para que esa reforma sea divulgada, discutida, y el gobierno amplíe los lapsos establecidos para su aprobación”, explicó. El dirigente opositor también buscó la solidaridad del secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza.

El proyecto ya cuenta con dos de las tres aprobaciones que necesita de la Asamblea Nacional y Chávez ya anunció que el referendo, para ratificarlo, será el próximo 2 de diciembre. La oposición no tiene posibilidades de frenar este proceso ya que no cuenta ni con un hombre dentro del Legislativo, después que decidiera boicotear las últimas elecciones no presentando candidatos. El oficialismo, en un intento por contrarrestar las acusaciones de sus rivales, abrió las puertas de la Asamblea Nacional para que cualquier sector de la sociedad pudiera opinar sobre los cambios planteados por el gobierno. Muchas organizaciones sociales y fuerzas políticas fueron. La mayoría opositoras. Sin embargo, los textos aprobados hasta el momento no difieren ni en una coma del proyecto redactado por el Ejecutivo. Lo único diferente es que se han agregado algunas modificaciones más, pero todas por iniciativa del chavismo.

Después de la reunión con Rosales, Shannon se mostró muy abierto a discutir el tema. “Tenemos un compromiso al éxito de Venezuela y al éxito del pueblo venezolano”, aseguró el funcionario norteamericano, quien en más de una oportunidad cuestionó duramente las políticas del gobierno de Chávez. “Realmente estamos haciendo un llamado a estos grupos a venir a los Estados Unidos, explicar sus programas, explicar sus puntos de vista y todos serían muy, muy bienvenidos acá”, agregó, recordando que Washington quiere tener una buena relación con Caracas. Minutos después el funcionario norteamericano, en una aparente contradicción, destacó que el tema de la reforma constitucional supone un debate “puramente venezolano”. Mientras el chavismo descalifica las críticas de la oposición recordando que hace sólo unos años repudiaban la Constitución que ahora piden defender, no le es tan simple decir lo mismo de algunos de sus aliados. Podemos, la fuerza chavista más fuerte por fuera del partido gubernamental, terminó ayer de romper con el gobierno por sus presiones para aprobar la reforma en tiempo y forma. “Ocurre cuando hay una mentalidad hegemónica que no tiene tolerancia para el pensamiento de la disidencia”, señaló el líder del partido, Ismael García. La ruptura se precipitó después de que Chávez se cansara de los reparos de sus aliados minoritarios y los llamara traidores en un acto político.

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