Con cautela y discreción, el canciller argentino, Jorge Taiana, expresó ayer una “gran satisfacción” por la liberación unilateral de los cuatro legisladores colombianos, y reiteró que “en este caso, como en el anterior, lo importante es que todos los esfuerzos estén encaminados a alcanzar la liberación de los secuestrados”. Las razones de los recaudos son lógicas. Ocurre que el recuerdo del mal trago de aquel primer intento fallido de la misión encabezada por el ex presidente Néstor Kirchner sigue latente. Sin embargo, fuentes oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores aseguraron a Página/12 que, por lo bajo y sutilmente, el tema se sigue de cerca y que incluso al día de hoy continúan las conversaciones.

“Nuestro país se ha pronunciado desde hace mucho tiempo a favor de ese acuerdo humanitario y vamos a seguir colaborando de la manera que sea más útil de acuerdo con el momento, ya que las circunstancias a veces cambian. Esa es nuestra política, la política que ha indicado la presidenta Cristina Fernández, y es la política que estamos siguiendo en este tema”, refirió en un comunicado el titular del Palacio San Martín.

En la misma línea, fuentes de Cancillería recordaron que al momento de la asunción de Fernández de Kirchner, la Argentina supo ser el foco de atención mundial respecto de este tema. En aquellos primeros días de diciembre, la mandataria mantuvo reuniones con casi todos los actores implicados y de ahí nació el compromiso con la causa. Luego, Kirchner marchó confiado a Colombia liderando la misión internacional pero volvió con las manos vacías y serios reproches al desempeño del gobierno colombiano. Las críticas en ese entonces fueron mutuas.

Desde ese momento, Bogotá decidió desplazar a todos los gobiernos de cualquier tipo de mediación oficial, aunque mantuvo un vínculo sustancialmente más fluido con las delegaciones francesa, suiza y española. Ni siquiera alcanzó la entrevista que el mandatario colombiano, Alvaro Uribe, mantuvo con el canciller francés, Bernard Kouchner, en la que este último le solicitó la reincorporación del jefe de Estado venezolano, Hugo Chávez. La respuesta fue un no tan tajante como tenso.

Con destreza diplomática, Kouchner no había asistido a aquel encuentro con improvisaciones. Antes, Nicolas Sarkozy había estado en Brasil junto a Luiz Inácio Lula da Silva conversando con sigilo sobre la eventualidad de retomar la coalición internacional para facilitar el diálogo entre el gobierno colombiano y los rebeldes. En ese armado estarían incluidas representaciones de Brasil, Francia, Cuba y Argentina. A pesar de que poco y nada haya trascendido, reconocen en Cancillería que ese dato hace suponer que el país todavía está a disposición de algún nuevo llamado.

Informe: Diego González.