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La diputada menemista Inés Pérez Suárez, que reemplazó hace menos de un mes al titular de la SIDE, Miguel Toma, presentó su renuncia a la banca. No, no hay que confundirse, no se trata de una inesperada adhesión a la consigna “que se vayan todos”. Todo lo contrario. La legisladora lo que pretende es permanecer en su poltrona más allá del 2003. La maniobra es sencilla: reemplazar al renunciante Daniel Scioli, cuyo mandato finaliza en 2005.
Pérez Suárez llegó a la Cámara baja poco después de que Toma se hiciera cargo de la agencia que controla a los espías oficiales, cuyo mandato finaliza en diciembre del año próximo. En pocas palabras, lo que le quedaba a Pérez Suárez en la Cámara era prácticamente nada. Sorpresivamente, y como se dice en la calle, a la legisladora “le salió la Virgen” cuando el actual secretario de Turismo Scioli presentó su renuncia a la banca por pedido del propio gobierno de Eduardo Duhalde, que busca favorecer la presencia de diputados en el recinto cuando se debata el rechazo al juicio político a la Corte Suprema. El tema es quién debe reemplazar al ex motonauta es nada más y nada menos que Pérez Suárez. Ni lerda ni perezosa, la legisladora depositó el viernes pasado su dimisión, casi al mismo tiempo que ingresaba la de Scioli, con el único objetivo de hacerse de una banca que tiene mandato hasta el 2005.
La maniobra no es ilegal, no hay nada en el reglamento interno de la Cámara que lo impida. Está, en todo caso, reñida con la ética. En teoría en la próxima sesión los diputados deberían tratar la renuncia de la legisladora y al mismo tiempo su juramento por el nuevo período.
¿Por qué el bloque del PJ aceptaría esta maniobra? Muy fácil, la que sigue en la boleta electoral correspondiente al período 2001-2005 es Graciela Fernández Valoni, esposa del diputado cavallista José Luis Fernández Valoni, por lo que el justicialismo perdería una banca.
Si lo de Pérez Suárez puede ser considerado por el bloque del PJ como un tema menor, la renuncia a su banca del ministro del Interior, Jorge Matzkin, no podrá ser tomada con la misma liviandad. Su dimisión implica que la presidencia de la estratégica Comisión de Presupuesto y Hacienda quedará vacante. Esto ya desató una feroz lucha interna por quedarse con ese puesto justo una semana antes de que el gobierno nacional envíe el Presupuesto 2003. Hasta el momento, la única idea que hay en la conducción de la bancada para mantener el equilibrio interno es no tomar una decisión por ahora. No son buenos tiempos para que el bloque se fracture.