EL PAíS › POR EL TEMOR A NUEVOS ATENTADOS EN EL ANIVERSARIO DEL 11/9

EE.UU. puso al mundo en alerta

Para el primer aniversario, que se cumple hoy, de los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono, EE.UU. subió ayer su estado de alerta al nivel más alto desde entonces, y reforzó su seguridad en todas las instalaciones estadounidenses en el exterior.

Por Matthew Engel, John Aglionby, Paul Webster, Nick-Paton Walsh y Owen Bowcott*
Desde Washington, Yakarta, París, Moscú y Londres

La administración Bush ayer aumentó a “alto riesgo” su evaluación de la amenaza terrorista contra los intereses norteamericanos, la primera vez que alcanza ese nivel desde la destrucción de las Torres Gemelas por Al-Qaida hace un año hoy. La decisión de lanzar un alerta “naranja”, el segundo más alto en su sistema de código, fue anunciada por el fiscal general, John Ashcroft, y el consejero de Seguridad Interior de la Casa Blanca, Tom Ridge.
Ashcroft dijo que la movida estaba basada en los “interrogatorios a un alto operativo de Al-Qaida” que advirtió que la organización estaba planeando atacar instalaciones norteamericanas en el exterior. Dijo que la información había sido corroborada por “múltiples fuentes de inteligencia”. Estados Unidos cree que las células de Al-Qaida en el sur de Asia han estado acumulando explosivos desde enero. Las embajadas y consulados en Indonesia, Malasia, Pakistán y Camboya fueron cerrados. Una ceremonia conmemorativa del aniversario planeada para esta noche en Yakarta, a la que se esperaba que asistieran cientos de norteamericanos, fue cancelada. La embajada en las Filipinas, donde 1600 tropas estadounidenses han pasado seis meses ayudando a derrotar al grupo guerrillero islamista Abu Sayyaf, reforzó su seguridad en los últimos días después de los informes del ataque planeado.
Un código “naranja” requiere que la administración coordine los esfuerzos de seguridad con las fuerzas armadas, tome precauciones adicionales en los eventos públicos y considere si debe cancelarlos, disperse las fuerzas de tareas clave y restrinja el acceso sólo al personal esencial. Ashcroft dijo que no había planes de moverse al más alto nivel interno, rojo o “severo”, pero que se haría si hubiera informes creíbles de un ataque inminente sobre Estados Unidos mismo. La Casa Blanca descartó cancelar los miles de eventos planeados en Estados Unidos hoy, incluyendo tres en Washington, Nueva York y Shanksville, Pennsylvania (donde cayó el cuarto avión secuestrado), donde George Bush debe hablar.
“Pedimos que los norteamericanos en su patria y en el extranjero marquen el aniversario con una atención intensificada de lo que ocurre a su alrededor –dijo Ashcroft–. Los operativos (de Al-Qaida) de nivel más bajo pueden aprovechar la oportunidad para lanzar pequeños ataques que demuestren su poder y resolución.” También se ha sugerido la posibilidad de ataques suicidas sobre blancos de Estados Unidos en Medio Oriente.
El primer indicio del nuevo estado de alerta surgió el lunes a la noche cuando altos funcionarios del gobierno abandonaron de pronto una función social en Washington. Poco después se anunció que el vicepresidente Dick Cheney había sido mudado nuevamente, a un “lugar seguro”.
Aviones de combate patrullarán toda la semana sobre Washington y Nueva York y misiles Stinger han sido desplegados en bases militares alrededor de Washington. Los aviones tienen prohibido volar dentro de las 35 millas de ambas ciudades, además de Shanksville, Pennsylvania, donde el segundo avión de United Airlines se estrelló después que los pasajeros (según la versión oficial) enfrentaran a los secuestradores. En los tres lugares hoy habrá grandes ceremonias. Se espera que las precauciones continúen durante la asamblea general de la ONU en Nueva York, donde George W. Bush debe hablar mañana. El FBI, que evalúa las amenazas a los servicios públicos y la infraestructura, emitió un alerta general la semana pasada.
Temiendo nuevas atrocidades hoy, miles de pasajeros de larga distancia están evitando volar. Las aerolíneas United y American no van a cumplir con los vuelos tempranos de la mañana, cuatro de los cuales fueron secuestrados hace un año. La británica British Airways dijo que había cancelado 26 vuelos hoy, un tercio de su tráfico transatlántico, por una caída en la demanda. “Los norteamericanos se quieren quedar en sus casas y los británicos están demorando sus reuniones de negocios en Estados Unidoshasta la semana que viene”, dijo un vocero. Virgin y United también cortaron vuelos desde Heathrow.
En Francia toda la fortaleza de la fuerza aérea de combate fue puesta en situación de alerta anoche para hacer frente a un posible ataque aéreo, incluyendo amenazas a los edificios altos como la torre de Montparnasse, el bloque de oficinas más alto de París, y la torre Eiffel. Unos 15.000 soldados y policías están protegiendo los edificios públicos en París. Los caminos alrededor de las embajadas de Gran Bretaña y Estados Unidos están cerrados al tráfico.
En Alemania la policía allanó ayer un depósito cerca de Hamburgo de una empresa textil perteneciente a un hombre nacido en Siria y lo interrogó por sospechoso de albergar a extremistas islámicos. Los ataques del 11 de setiembre fueron orquestados por los extremistas en esa ciudad.
En Turquía la policía en Ankara advirtió que los militantes relacionados con Al-Qaida podrían haber contrabandeado gas venenoso al país y podrían estar planeando ataques. Y se incrementó la seguridad alrededor de las misiones diplomáticas, de las empresas y las bases militares de Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel.

* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Aeronaves de EE.UU. vuelan hacia la pista de aterrizaje del portaaviones George Washington.
 
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