Jueves, 10 de abril de 2008 | Hoy
EL PAíS › SECUENCIA DE CHOQUES EN LA RUTA 9, CON CUATRO MUERTOS Y VEHICULOS QUEMADOS
Dos camiones y un micro se incendiaron a la altura de Baradero. Murieron sus choferes y el acompañante del micro. Hubo 25 heridos. Decenas de autos y veinte camiones involucrados. Polémica por las responsabilidades de los conductores y de la concesionaria.
Por Horacio Cecchi
Las imágenes eran sorprendentes, espantosas. Hierros retorcidos que aparecían de la nada, de la bruma que además era oscura. Todo ocurrió alrededor de las tres de la madrugada de ayer, en varios puntos de la ruta 9, entre Zárate y Ramallo. Alrededor de 20 camiones, decenas de autos y dos micros se incrustaron uno dentro del otro, y siempre quedaba la posibilidad de un nuevo impacto desde atrás. Dos camiones, uno cisterna y otro que transportaba aerosoles, se incendiaron, también uno de los micros, de dos pisos, de la empresa El Rosarino. Los choferes de los dos camiones y el chofer y acompañante del micro incendiados fallecieron. Otras 25 personas resultaron heridas en diferentes grados y fueron trasladadas a los hospitales zonales. Los choques en cadena provocaron además extensas colas de unos 10 kilómetros, mientras que entre el kilómetro 95 y el 205, la ruta fue cortada por completo. Tarde. El Gobierno inició una investigación sobre los choques y exigió un informe completo a la concesionaria Autopista Vial 3. El fiscal que investiga el caso, Rubén Giagnioro, empezó mal: responsabilizó a la niebla.
No hay precisión de la hora en que empezó a ocurrir todo, porque no se veía nada, ni siquiera los relojes; porque los golpes venían de cualquier lado y porque ocurrieron en diferentes puntos separados por varios kilómetros. Se sabe que, alrededor de las 2 y media, un micro de FlechaBus, el interno 8887, que se dirigía desde Paraná hacia Buenos Aires, recibió un impacto. De costado. Sí, de costado, porque el 8887 se venía a agregar a la cadena y chocó o intentó esquivar y recibió el impacto del que llevaba pegado atrás. Pero de costado.
El punto más crítico fue en el kilómetro 150, en dirección a Buenos Aires, un poco después de Baradero. Un camión cisterna, otro que llevaba aerosoles y un micro de El Rosarino, impactaron como si hubieran avanzado en una ruta de manos contrarias. Los tres vehículos se incendiaron. Los choferes de los dos camiones y el chofer y el acompañante del micro murieron. Los dos primeros carbonizados.
“Esto es un caos total –dijo, después, pero sin poder salir de aquel momento, Alfredo Zapata, uno de los pasajeros del FlechaBus–. No se veía nada. Estuvimos con un muchacho de Wilde que rescató a una señora y andaba por ahí envuelto en una frazada.”
A cien metros del FlechaBus podía verse a los tres vehículos incendiados. Apenas se produjo el primer impacto empezaron a agregarse los siguientes eslabones de la cadena. Un auto que clavó sus frenos fue literalmente arrastrado por un camión que lo seguía de cerca y que lo incrustó debajo del camión que avanzaba adelante, hasta que chocó. El auto quedó metido abajo del camión. Su marca no fue provista, no por cuestiones publicitarias sino porque fue imposible reconocerlo. Sus dueños, un matrimonio y una nena, salieron (fueron ayudados a salir por los bomberos) de entre los metales y plásticos retorcidos.
Se veía (es un decir, porque no se veía nada) a los costados de la ruta, entre los pedazos diseminados de los vehículos, gente tirada, sobrevivientes que intentaban salirse por un momento de la velocidad, recostarse y mirar al cielo, darse un respiro, suponer que estaban vivos, y preguntarse por qué.
Según la policía y los bomberos, los choques más importantes se produjeron en los kilómetros 117, 118, 124, 125, 128 y 150. Este último, en el que se incendiaron los tres vehículos y se produjeron las cuatro muertes.
“Pienso que el humo y la niebla fueron la causa del accidente, la autopista no estaba cerrada, pero la policía trabajaba en la ruta por la cortina de humo que había”, dijo Rubén Giagnioro, el fiscal que investiga la causa y que ya se plantea responsabilizar a la naturaleza por arrojar niebla a altas velocidades contra los vehículos y sus conductores de sorprendidos pedales.
El jefe de la Bonaerense, Daniel Salcedo, de algún modo salió a romper esa versión para decir que “cuando la visibilidad es nula, no se puede circular a velocidad. Los accidentes ocurrieron por exceso de velocidad”.
De allí a preguntar por qué no se cortó la ruta si la visibilidad era nula hay un escaso trecho, mucho menor que el que llevaban entre sí los sorprendidos conductores. Y mucho menor suponer que quien debe restringir o anular el tránsito es la concesionaria de la ruta, Autovía 3.
El intendente de Baradero, Aldo Carossi, responsabilizó a la concesionaria porque “la niebla es habitual en esta época del año. Hay una falla general del sistema, tanto de los conductores como de quienes tenemos alguna responsabilidad y de la autopista que debería prever este tipo de cosas”.
El jefe distrital de la Bonaerense de San Pedro, Roberto Gabín, dijo que “los fallecidos son de los vehículos incendiados que quedaron en la mano RosarioBuenos Aires” y confirmó que se trataba de “los dos camiones, el cisterna y otro con una carga de aerosoles, que quedaron totalmente calcinados, así como también un micro doble piso de la empresa El Rosarino y otro de la empresa FlechaBus”.
Según Gabín, los fallecidos son “el conductor y el acompañante del micro El Rosarino y los choferes de los dos camiones”.
Los testigos y muchos conductores que participaron del múltiple choque se quejaron porque en los peajes no les advirtieron por la falta de visibilidad y por la quema de pastizales. El jefe distrital de San Pedro también confirmó la quema de pastizales en un campo de la zona y cuestionó que no hubiera sido cortada la ruta como prevención. “Yo creo que las autoridades de la autopista tenían que haber cortado totalmente la ruta en la madrugada”, dijo Gabín.
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