Los jueces federales se pasan la causa Skanska como si fuera el juego del huevo podrido. Todo comenzó cuando renunció Guillermo Montenegro, el juez original. Su primer reemplazante fue Sergio Torres, pero no tomó medida alguna en la pesquisa. La semana pasada, Norberto Oyarbide pasó a hacerse cargo del juzgado vacante, pero en el caso de las coimas de la constructora sueca se excusó porque descubrió que en la agenda de su secretaria privada figuraban los datos de un imputado: Fulvio Madaro, ex titular del Enargás. Por sorteo, el expediente le tocó a María Romilda Servini de Cubría. Sin embargo, la jueza manifestó su discrepancia con el criterio de Oyarbide y devolvió el caso a la Cámara Federal, para que defina. El año pasado fueron indagadas más de 30 personas, pero nadie definió su situación procesal. Entre ellos figuran Madaro, el ex gerente de Nación Fideicomisos, Néstor Ulloa, y una decena de directivos de Skanska.