Como en un cuento de nunca acabar, Roberto Porretti volvió a convertirse en noticia. Esta vez, consiguió la libertad. La Cámara de Apelaciones de Dolores le dio la “excarcelación extraordinaria”, porque entendió que no “obstaculizará” la investigación judicial. El suspendido intendente de Pinamar deberá presentarse ante la Justicia cada quince días y no faltar de su casa más de 24 horas. Nada de eso responde otra cuestión esencial: ¿Volverá a la Intendencia? El Concejo Deliberante local asegura que no puede, por lo menos por ahora, pero él ¿qué hará?

Si el caso Porretti tiene dos vertientes, la judicial y la política, es posible decir que el suspendido intendente obtuvo ayer un cincuenta por ciento de su victoria. El fallo de la Cámara de Dolores le permitirá ahora esperar el final del proceso en libertad.

Entre los fundamentos más importantes, el Tribunal resaltó los puntos principales de la resolución del Juzgado de Primera Instancia de Dolores que dispuso la excarcelación de Porretti dos días después de la detención. En aquel momento, Porretti no quedó libre sólo porque la fiscalía apeló la decisión.

Los camaristas Fernando Sotelo, Susana Saltone y Jorge Dupuy, como lo había hecho antes el juzgado de Jorge Giles, explicaron que Porretti no intentó fugarse, como sostiene la fiscalía. La primera vez, la Justicia ordenó su primera captura mientras él daba una entrevista en una radio. Según la fiscal Fernanda Hachman y muchos de los testigos, Porretti se escabulló casi sin aliento para darles tiempo a sus abogados a presentar el pedido de eximición de prisión que le permitió seguir libre por varios meses. Cuando la eximición de prisión fue rechazada, más de cien patrulleros de la policía lo buscaron hasta en los baúles de los autos. Según el juez, y ahora también según la Cámara, aquello no fue un intento de fuga.

“La fiscal había dicho que estaba prófugo, ordenó ese megaoperativo sin autorización del juzgado y estaba mal”, dice ahora Roberto Babington, abogado de Porretti. “Nosotros siempre dijimos que él venía a Buenos Aires cuando recibió la noticia de la detención y se puso a disposición de la Justicia.”

Más allá de las explicaciones, lo cierto es que el círculo íntimo de Porretti lo convenció en ese momento de presentarse ante la Justicia para conseguir la excarcelación, en lugar de escapar.

Porretti ahora no podrá ausentarse de su casa más de 24 horas sin autorización del juzgado y deberá comparecer cada 15 días hábiles ante el Juzgado de Paz en Pinamar. Además, tuvo que duplicar el monto de la caución depositada, de 20 mil a 40 mil pesos.

La situación de Porretti parece que no cambiará. De acuerdo con un fallo plenario de la Cámara de Casación, la fiscalía de Dolores no puede recurrir la decisión de la Cámara de Apelaciones. Por eso presentó sólo una queja “extraordinaria”. De haber podido elevar un recurso “ordinario”, Porretti no hubiera salido en libertad.

En tanto, Pinamar quedó en medio de otra encrucijada. Ni siquiera sus propios abogados descartan que Porretti no intente volver al sillón de intendente. Sin embargo, en el Concejo Deliberante aseguran por ahora que eso no es posible.

“Con independencia de los efectos de la excarcelación, hay que tener en cuenta que la Corte de la provincia, con fecha 17 de abril, le notificó al Concejo Deliberante que rechazó el pedido de que se deje sin efecto la suspensión dispuesta”, dice en este caso Diego Quintana, asesor jurídico de los legisladores de Pinamar. “Es decir, la Corte no dijo que esté bien la suspensión o no, lo que dijo es que la suspensión sigue firme durante los 90 días del proceso de juicio político”, completó.

Aunque los concejales aún discuten si son 90 días hábiles o corridos, desde esta perspectiva Porretti no podría volver al municipio por ahora. Sus abogados, de todos modos, insistirán ante esa misma Corte si y solo si el suspendido intendente así lo desea.