El Banco Central decidió ayer ausentarse de la plaza cambiaria para probar cuál era la reacción del mercado. El resultado de esa prueba fue una suba de un centavo en la cotización del dólar, al cerrar a 3,05 pesos al público. Los operadores coincidieron en que no hay sustento para un alza de la divisa, mientras se espera de un momento a otro la liquidación fuerte de los exportadores de grano. Aseguran que las compras son más una cuestión de tradición que una oportunidad de negocios por parte del chiquitaje. Las reservas del Banco Central se mantuvieron, entonces, en los mismos niveles que en las últimas jornadas: 47.702 millones de dólares

En tanto, el resto del mercado operó a la baja y sin sobresaltos: las acciones líderes retrocedieron 1 por ciento.

“Si el Central no vendiera dólares de contado, la divisa en el mercado mayorista seguiría subiendo, porque en el contexto actual, tanto bancos como empresas e inversores se sienten más seguros al estar posicionados en moneda extranjera”, resume un informe de ABC Mercado de Cambios. La clave, según explican los cambistas, está en cuándo terminará de estabilizarse la oferta de los cerealeros. Por el momento, si bien venden en cuentagotas para continuar con su ciclo comercial en pesos –tienen un plazo de 120 días para liquidar las divisas de exportación–, el ingreso es sólo el “estrictamente necesario”. Por el lado de la demanda, los grandes inversores siguen ausentes del mercado de cambios y sólo tomaron futuros para coberturas a fin de julio a 3,037 pesos y agosto a 3,053. Los contratos reunieron negocios por más de 400 millones de dólares. A pesar de que todos los plazos subieron en promedio un centavo, la entidad que conduce Martín Redrado salió temprano a ofrecer dólares a término por debajo de los valores de cierre. La suba en las coberturas –estiman los responsables de las casas de cambio– refleja un cierto optimismo sobre la solución del conflicto con el campo, apostando a que el valor de la divisa recuperará los niveles previos al lockout.

De estabilizarse el mercado, especulan una fuerte presencia del Central absorbiendo “todo lo que ofrezca el mercado”. Esas compras le permitirían recuperar el drenaje de reservas utilizado para bajar el dólar y hacerlo a un costo menor que a los 3,22 pesos que llegó a estar a fines de mayo último. La estrategia parece encontrar respaldo en el comportamiento de las reservas que, en las últimas semanas, se encuentra casi sin variaciones, salvo por alguna compra puntual de títulos públicos.

El comportamiento cambiario local parece contraponerse con lo que sucede en Brasil. En el país vecino, su Banco Central debió anunciar ayer temprano una agresiva licitación para la compra de dólares, con el objetivo de frenar la escalada del real. La causa de la apreciación es la creciente entrada de capitales del exterior que quieren aprovechar los altos rendimientos de los activos brasileños. Al conocerse la decisión del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva el real operaba en 1,59 unidad por dólar, por primera vez desde 1999. Finalmente cerró en 1,60.

En el recinto local, las acciones de las empresas líderes cayeron un 1 por ciento hasta las 2072 unidades. Entre las que cotizan en el índice MerVal, las que más perdieron fueron las de Grupo Financiero Galicia, casi 7,0 por ciento; Transener, 5,0, y Telecom Argentina, 4,9. Sólo cerraron con signo positivo los papeles de Tenaris. El volumen operado en acciones totalizó unos 104 millones de pesos.

En renta fija, la caída de los papeles del sector bancario sintonizó con el retroceso de los alicaídos bonos domésticos, que cedieron más de un 1 por ciento en promedio en una jornada con tendencia vendedora. Se destacó la baja del Descuento, que cedió 1,8 por ciento, hasta los 103,2 pesos. El total negociado fue de unos 655 millones de dólares.