Felipe Solá recibió ayer el respaldo del Gobierno y la oposición a raíz de la agresión que sufrió por parte de manifestantes que lo escracharon por la desaparición de Julio López. “La Argentina no soporta a este tipo de intolerantes”, advirtió el ministro de Justicia, Aníbal Fernández. “Estoy bien, pero sorprendido por el nivel de violencia”, señaló Solá con quien también se solidarizaron los diputados Francisco De Narváez y Fernando Navarro y el titular de la Cámara baja, Eduardo Fellner, entre otros.

El apoyo del Gobierno al ex gobernador bonaerense y actual legislador nacional llegó por boca de Fernández. “Agredir a un diputado porque era gobernante en el momento en que se produjo el hecho no tiene ningún sentido”, señaló el funcionario y también se refirió a la desaparición de López. “Me levanto todas las mañanas creyendo que lo vamos a encontrar”, dijo y consideró “lógicas” las críticas de los familiares “porque los familiares lo que quieren es que López vuelva a su casa”.

“Los que reclaman justicia con golpes y amenazas denigran su propio reclamo y deshonran a la Justicia”, destacó en tanto Fellner. Solá fue agredido el jueves en Neuquén, momentos antes de una charla que tenía previsto dar en la Universidad Nacional del Comahue. El diputado calificó la agresión de la que fue objeto como “irracional y barbarie” y dijo no saber si quienes lo agredieron son miembros de HIJOS.

El peronista disidente De Narváez repudió el ataque y expresó que “la democracia argentina debe sustentarse en el respeto y la tolerancia de todas las personas y todas las opiniones, sin violencia ni agresiones”.

Desde el kirchnerismo se sumó Navarro. “La intolerancia y la agresión en ningún caso sirven para construir política en democracia”, remarcó.