El sistema educativo, tanto de la provincia como de la ciudad de Buenos Aires, atraviesa una complicada situación en la que las huelgas por mejoras salariales están a la orden del día. Mientras los docentes bonaerenses realizaron ayer la primera jornada del paro de 48 horas, los gremios porteños anunciaron un nuevo cese de actividades por dos días para la próxima semana. El gobierno de Daniel Scioli anunció que en la provincia el ciclo lectivo se extenderá una semana, hasta el 19 de diciembre.

El paro de los maestros provinciales, el sexto luego del receso invernal, tuvo, según declaraciones a Páginai12 de la secretaria general de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), Mirta Petrocini, “la adhesión de entre el 94 y 95 por ciento de los docentes de escuelas públicas, llegando al ciento por ciento en algunos distritos, tanto del conurbano como del interior”. Voceros de Mario Oporto, director general de Educación provincial, afirmaron que la adhesión fue “del 60 por ciento en los establecimientos estatales y nula en las privadas”. En tanto que el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, manifestó que “3,5 millones de alumnos se quedaron sin clases, sobre todo de sectores populares”.

La administración Scioli aseguró, a través de Oporto y Pérez, que a raíz de los días perdidos por los paros “se resolvió extender una semana, del 12 al 19 de diciembre, el ciclo lectivo”, a la vez que “se descontará tres días del sueldo de septiembre a los maestros que hayan adherido”. Petrocini, en respuesta al anuncio oficial, argumentó que “los gremios nos remitimos en cada uno de nuestros pasos a lo que dicta la ley en materia de política laboral y el derecho a huelga es constitucionalmente legítimo en la Argentina”. La sindicalista aceptó que “es cierto que la ley asegura una cantidad de días lectivos a cumplir, por lo que colaboraremos desde nuestro lugar para que los alumnos puedan recuperar las clases perdidas”, aunque exigió que el gobierno sciolista “hable también de los días que se perdieron por problemas de mantenimiento y edilicios, responsabilidad absoluta de la Dirección General Educativa”.

Scioli mantuvo su característico discurso diplomático y llamó “a la reflexión a los docentes para que acepten la propuesta salarial y podamos completar, sin mayores inconvenientes, el año lectivo”. En cuanto al descuento en el bolsillo salarial de los maestros, Scioli manifestó que “entiendo que la huelga es un derecho, pero los docentes tomaron una medida que genera muchos trastornos y es dolorosa para los chicos y su familia, para los padres que tienen planificada una vida cotidiana en la que los chicos deben ir a la escuela”. Por último, el ex vicepresidente ratificó “la voluntad de dialogar del gobierno de la provincia, que está abierto como siempre a la negociación y al acuerdo”.

Quien no tuvo palabras conciliadoras para los sindicatos docentes fue Oporto, que enfatizó su incredulidad ante la reacción docente calificándola como “insólita e injustificada”, dado que “estaban pidiendo un sueldo inicial de 1450 pesos, lo aceptamos. Pedían que el básico aumentara 17 por ciento, también lo aceptamos, aumentándolo 17,5 por ciento”. La insatisfacción gremial radica en cómo contempla la propuesta oficial a la conformación del salario; en ese sentido, Cristina Jonik, técnica de Suteba, se refirió a la propuesta oficial “como un desconocimiento de lo que los propios técnicos del gobierno habían elaborado en la comisión propuesta por el propio Ejecutivo, distorsionando la escala salarial”.