Lunes, 6 de octubre de 2008 | Hoy
EL PAíS › NORBERTO GALASSO PRESENTA EL NUEVO CICLO DE LA CáTEDRA LIBRE AMéRICA LATINA
Durante dos meses, en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), la cátedra abierta abordará el conflicto rural y la situación de los recursos naturales, la crisis financiera de Estados Unidos y la oportunidad que la unidad regional le ofrece a Latinoamérica.
Por Martín Piqué
“Son tiempos excepcionales”, dice Jorge Giles. El comentario logra imponerse al sonido de un televisor que transmite videoclips desde un soporte amurado a la pared. El entusiasmo parece abstraerse del volumen de la música, del olor a carne a la parrilla, de las charlas entre estudiantes que revisan apuntes. Sentado en un típico bar universitario –en Marcelo T. de Alvear al 2200, frente a la Facultad de Ciencias Sociales (UBA)–, Giles gira la cabeza a un lado. Bajo sus manos se ve el libro América Latina, unidos o dominados, cuyo autor, Norberto Galasso, le acaba de autografiar con una dedicatoria en la primera página.
–La cancha está libre para que jueguen maestros como Galasso –continúa Giles–. Y, si no, preguntémosle a Norberto qué pasaba treinta años atrás. ¡Diez años atrás!
–Todos me daban por loco –ríe Galasso.
Gustavo Koenig los mira desde el otro lado de la mesa. Se nota que comparten códigos; son tres generaciones unidas por el humor pero también por una mirada común sobre el mundo y América latina. Esa mirada es la razón por la que se encuentran sentados en un bar universitario, debatiendo sobre el conflicto rural, los recursos naturales, Bolivia, Unasur, la crisis financiera de Estados Unidos. Son algunos de los temas que abordará la Cátedra libre América Latina Ahora o Nunca, durante los próximos dos meses. Las clases serán los viernes, a las 21, en la Facultad de Ciencias Sociales.
Galasso es historiador y ensayista. Escribió más de cuarenta libros que dejaron su marca en el llamado pensamiento nacional. Giles es director del Instituto Nacional de la Administración Pública, fue dirigente de Suteba, fundador del Frente Grande y miembro del ARI, del que se fue en 2003 para sumarse al kirchnerismo. Coordinador de la cátedra, Koenig fue quien convocó a cada uno de los expositores. Aparte de Galasso y Giles, se irán turnando Mario Toer, Horacio González, Jorge Carpio, Jorge Rulli, Rubén Dri y Nahuel Beibe. “Con la cátedra queremos discutir todo, con eje en la integración latinoamericana para defender los recursos naturales”, dice Koenig.
–¿La cuestión de los recursos naturales no genera una contradicción entre los gobiernos progresistas de la región? –pregunta PáginaI12.
Galasso: –Depende de la fuerza. En Chile no privatizaron el cobre. Bachelet tiene un problema menor que el que puede tener Kirchner. Porque no tocaron la nacionalización. A Chávez le costó bastante el control de Pdvsa. Pero lo hace. Y cuando tiene que meter la mano sobre Techint, la mete. También depende de las historias de cada país. De nuestro Ejército, con las manos manchadas en sangre, no puede surgir un Chávez. Cada país tiene sus ritmos, su historia. Hay algunos que han avanzado más y otros que están avanzando menos en algunos aspectos. Si el Gobierno tuviera fuerza sería fundamental rescatar la renta minera y petrolera. Pero hay que tener fuerza. Porque apenas quiso tocar el campo, se creó un conflicto enorme en el que casi toda la clase media se puso en contra.
Giles: –La cuestión de los recursos naturales no genera contradicciones. Son matices. Venimos del peor de los mundos. Si se descontextualiza este proceso, si se lo separa del pasado inmediato del cual venimos, seguro que vamos a pifiar en la aseveración. En segundo lugar, somos parte de un proceso latinoamericano. No es una coincidencia que justo Brasil lo tiene a Lula, Bolivia a Evo, nosotros a Cristina, Ecuador a Correa. Es un momento particular que hay que aprovechar. Tenemos que seguir consolidando la unidad de los pueblos. Hoy alumbra Unasur como el punto de apoyo en el cual todos tenemos que hacernos fuertes.
–¿Hay una reconfiguración del capitalismo por el estallido de la burbuja de créditos hipotecarios? ¿Qué consecuencias puede tener para nuestra región, cuando Estados Unidos vuelve a poner en funcionamiento la IV Flota mientras enfrenta una grave crisis económica?
Galasso: –En la última cumbre del Mercosur se ha hablado del Consejo de Defensa Sudamericano, que es una especie de Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca al revés. Se está avanzando en ese compromiso de asistencia mutua. Esto ya se vio en el caso del apoyo a Evo. Cuando cayó Allende, hubo manifestaciones en la calle pero los presidentes y los países lo dejaron caer y reconocieron de un modo u otro a Pinochet. Ahora, en cambio, jugaron decididamente. Ayer me decía un amigo que vino de Bolivia que la bronca de los fascistas de Santa Cruz por la intervención de Unasur era tremenda. Y que estaban asombrados del hecho de haber quedado aislados. Estados Unidos usó la IV Flota para invadir Nicaragua, Panamá o México. Si estamos unidos nos van a respetar.
Giles: –En estos días se murió el paradigma neoliberal. Decía un pibe en un grafitti: “Hallazgo macabro, encontraron un muerto en un banco de Wall Street. Se cree que es el paradigma neoliberal”. ¿Qué quiere decir esto? Ese paradigma se expresaba en una fórmula muy sencilla. Si se juntaban dos bolsas de dinero, el resultado era más dinero que la suma de ambas bolsas. La valorización financiera. Se termina de derrumbar un sistema de ideas que alimentaba la acumulación de riqueza ficticia que se dio en estas últimas cuatro décadas. ¿Cuál va a ser la consecuencia de todo esto? A partir de ahora la riqueza se va a parecer más a la riqueza real de los pueblos: a la producción, a los recursos naturales, a lo que genera el trabajo. La riqueza va a volver a parecerse a eso. Se viene una etapa nueva que, como siempre, va a depender de qué seamos capaces de crear. A nadie le llega la hora si no hay nadie parado enfrente, o al costado, que se pueda avivar de que llegó un momento lindo y que se puede aprovechar para avanzar. Llegó un momento lindo. Lo estamos viviendo.
Koenig: –Cuando nosotros le ponemos a la cátedra Ahora o Nunca tiene que ver con eso. Respiramos un clima de época de urgencia, la unión latinoamericana es cada vez más necesaria. Con la cátedra queremos que se empiece a discutir en todos lados que la única posibilidad de defender nuestros recursos naturales es avanzar con los procesos de integración. Por eso pensamos una cátedra abierta, itinerante.
Giles: –En Bolivia se juega el destino de Latinoamérica. Si llegara a caer Evo, cosa que no va a pasar, el estrépito en términos culturales sería de un riesgo, de una magnitud, que nos dejaría huérfanos y podría ser el quiebre de este proceso de unidad latinoamericana. La derecha y el fascismo boliviano, los sojeros amigos de Eduardo Buzzi, Luciano Miguens y Llambías van por todo. No buscan la secesión, la guerra contra Evo es por el Estado boliviano. Bolivia es un símbolo de época.
–La derecha quiere que el Estado facilite la restauración plena del modelo agroexportador. ¿El espacio progresista tiene claro qué quiere con los recursos naturales?
Galasso: –En la experiencia de los pueblos lo que primero se aprende es lo que no se quiere más. Por ejemplo, el Consenso de Washington. Es la crisis de la idea de que el mercado regula. Ahora se funden los bancos y tienen problemas gravísimos. En Estados Unidos dicen que están haciendo una reestructuración, no sé cómo la harán, pero van a tener que bajar el nivel de vida. No van a poder seguir emitiendo dólares sin respaldo y hacer lo que quieran en todo el mundo. Un proyecto alternativo hay que forjarlo y elaborarlo colectivamente. Para empezar, tiene que haber intervención del Estado. A través del tipo de cambio hay que controlar la renta agraria diferencial que esta gente ha embolsado siempre y que antaño le permitió construirse palacetes como el de Anchorena y viajar por Europa. Y ahora les permite ser parásitos en los pueblos; porque no producen, viven de rentas.
Giles: –Tenemos un Estado desguazado, sin alma. Ineficiente para desarrollar un proyecto de país autónomo. Terminamos de atravesar cinco años de recuperación aún haciéndoles pata ancha a algunas situaciones ante las que no teníamos la fuerza suficiente como para bancarlas. Ahora tenemos cinco años delante para recuperar un Estado que no sólo esté a la defensiva en lo que hace a los recursos naturales, sino al contrario. Que esté a la ofensiva, recuperando todo lo que tiene que tener. O se logra con participación popular o no se logra.
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