Lunes, 6 de octubre de 2008 | Hoy
EL PAíS › ENTREVISTA CON LA DIPUTADA MENDOCINA PATRICIA FADEL, DEL FPV
Encargada del “porotómetro” oficial, la secretaria del bloque kirchnerista sostiene que “no hay que echar, sino sumar” a los legisladores disidentes tras el conflicto rural. Se ufana de no haber perdido ninguna votación en la Cámara baja.
Por Miguel Jorquera
Tras la rebelión en la bancada oficialista durante la disputa con los ruralistas, la diputada mendocina Patricia Fadel pasó a ser un engranaje clave en el reagrupamiento de la tropa K detrás de las iniciativas parlamentarias del Ejecutivo, como la encargada de actualizar el “porotómetro” para medir fuerzas ante cada votación trascendente. “Cuando viajo en avión miro las maquinitas con que las azafatas cuentan los pasajeros y pienso lo bien que me vendría una”, dice sonriendo la diputada mendocina y completa la frase ufanándose: en la Cámara baja “nunca perdimos una votación”. Pero se pone seria a la hora de afirmar que “cada coma que se modifica en un proyecto tiene la aprobación del Gobierno porque somos su brazo parlamentario”, y sostiene que “no hay que echar” a los díscolos del bloque, pero admite que algunos “no tienen retorno”.
–Después de la Resolución 125, su tarea como secretaria del bloque K, que antes parecía sólo administrativa, pasó a ser fundamental.
–Ese rol lo he tenido siempre, aunque ahora en lo político ayudo a ordenar la tarea con los otros compañeros, junto al presidente del bloque, a ver los números, a hablar con la oposición. Aunque recién se empieza a notar la tarea después del conflicto con el campo.
–¿Usted es la encargada del “porotómetro”?
–Es más o menos así. Cuando veo a las azafatas que andan con aparatito para sumar si están todos o le faltan pasajeros antes de que salga el avión, pienso qué práctico me sería uno. Una de mis tareas es ver la lista, con cuántos votos contamos, cómo están los aliados, darles tranquilidad.
–¿Disciplinar la tropa?
–En realidad, disciplinar no, porque somos todos pares y yo no estoy por encima de ellos. Somos todos conscientes de que acá que hay que ordenarse, hay que responder al área gubernamental. Somos parte de este gobierno, pero cada uno tiene su propia historia, vienen de distintas provincias con sus propios conflictos políticos y personales. Muchas veces hay que escuchar, contener. Si solamente fuera una cuestión de números, no lograríamos el resultado final.
–Pero en algunos casos la discusión política se debe plantear en términos muy fuertes.
–Hay planteos políticos que generalmente tienen respuestas, no sólo desde el Legislativo, sino del Ejecutivo, que es el encargado de diseñar las políticas. Uno transmite lo que pasa para que el Gobierno sea el que trace la línea y dé respuestas si hay algún inconveniente interno.
–Las posturas disidentes dentro del bloque complican al oficialismo, que antes no tenía inconvenientes para aprobar los proyectos del Gobierno. ¿Qué es lo que está en discusión?
–Siempre se discute política. En el conflicto con el campo algunos tenían una problemática mucho más directa en su propia provincia. Había que discutirlo sí o sí dentro del bloque y en el propio recinto. Me parece que la situación que se vivió en ese momento es que a algunos legisladores les tocaba más de cerca que a otros. Pero esa reacción se ha ido subsanando y en la medida que vayamos encontrando el camino adecuado, ese núcleo duro cada vez es mas chico.
–Pero todavía existe un núcleo duro que resiste algunos proyectos.
–Tiene que ver más con una cosa política. (Felipe) Solá es del núcleo duro porque él busca ser parte de eso. Hablé con la mayoría de los legisladores que estuvieron con Solá, y ellos mismos me dijeron que esto tenía que ver con el campo y no con una situación política del Gobierno.
–También hay expresiones disidentes como la de Luis Barrionuevo y Graciela Camaño. ¿Cómo van a convivir con esos planteos?
–Hay cosas que se pueden componer, otras no. Vamos a seguir haciendo el esfuerzo para que no se vaya nadie, el error sería aislar a los compañeros. Salvo que se quiera ir por propia voluntad y ya no lo puedas contener. No hay cosas graves que impliquen la ruptura del bloque, eso no va a suceder.
–Sin embargo, dentro del bloque hay quienes aseguran que algunos de los disidentes ya no tienen retorno, y no sólo mencionan a Solá.
–Barrionuevo fue bastante líbero, nunca participó de una reunión del bloque y siempre ha hecho lo que ha querido. Graciela sí ha sido parte del bloque, me parece una mujer inteligente. Su relación matrimonial en la política también tiene un costo, y a veces beneficios. Graciela va a tener que definir qué es lo que quiere hacer. Pero debemos hacer el esfuerzo para seguir siendo el bloque que éramos, con unidad de concepción, aunque haya matices, que los hay. No hay retorno cuando no se coincide con el Gobierno que representamos. Ese sí se puede ir. Pero el que tenga matices, con ése se puede hablar.
–¿Ustedes lo van a echar?
–No. Nosotros no echamos a nadie.
–¿Se define como peronista o kirchnerista?
–Soy de origen y de familia peronista. Aunque hoy el peronismo está representado por una corriente que se llama kirchnerismo. Estoy dentro del kirchnerismo, pero como peronista pura.
–Un sector del kirchnerismo duro, entre los que habría una veintena de diputados, relanzó la corriente interna Peronismo Federal, y varios de sus integrantes no comparten que haya una postura tan permisiva con los díscolos dentro del bloque parlamentario.
–Pero ese sector del que usted me habla convive dentro del kirchnerismo y no fuera de él.
–Algunos de sus cuestionamientos son hacia la conducción del propio bloque, que incluye al jefe de la bancada, Agustín Rossi, y a usted.
–En estos tres años, con Rossi hemos intentado ser coherentes con la política del Gobierno y no hemos fallado en ninguna ley que necesitó el Ejecutivo. En Diputados nunca hemos perdido una ley. Eso habla de cómo se está conduciendo. No es que nosotros dos nos volvimos locos y empezamos a modificar leyes. Le mostramos el Ejecutivo algunas realidades que podrían requerir de algún cambio, pero la decisión definitiva es del Gobierno. No somos la oposición.
–¿Cómo está el “porotómetro” para el presupuesto?
–¿Usted quiere números? Vamos a tener los números necesarios para el presupuesto. Siempre son complicados los presupuestos, la oposición nos vota en contra siempre y esta vez no va a ser la excepción. Vamos a tener que trabajar un poco más. Pero vamos a tener más de 140 votos seguro con un fuerte trabajo hacia adentro, con los aliados, con los amigos, de consenso.
–¿Alguien del Gobierno también le pidió los números?
–No, Rossi y yo nos sentamos todas las semanas y hacemos las cuentas.
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