EL PAíS › MARíA LUJáN TELPUK DENUNCIó QUE EL FBI LE OFRECIó ASILO Y TRABAJO EN ESTADOS UNIDOS A CAMBIO DE QUE MODIFIQUE SU TESTIMONIO

“Era evidente que me estaban proponiendo algo”

La ex agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que halló la valija con los dólares volvió a declarar ante la Corte Federal de Miami, donde fue interrogada por la fiscalía. A la salida, contó a PáginaI12 del ofrecimiento que le hizo el FBI.

 Por Irina Hauser

Los agentes del FBI que le dieron la “bienvenida” a María Luján Telpuk apenas se bajó del avión en Miami para declarar en el juicio de la valija, no sólo la interrogaron durante dos horas, sino que le ofrecieron “trabajo en una agencia de modelos y asilo político si tenía temor de volver a la Argentina”. “Era evidente que me estaban proponiendo algo a cambio de que yo modificara mi declaración y no contradijera a (Guido Alejandro) Antonini Wilson. Por supuesto que lo rechacé”, le contó a PáginaI12. La ex agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que descubrió los 800 mil dólares terminó ayer de dar su testimonio y salió furiosa después de largas horas ante el jurado. “El fiscal sólo pretendía desacreditarme con preguntas personales. ¿Qué tiene que ver cuánto me pagó Playboy o cuánto me paga Ideas del Sur con este juicio?”, protestó. “La sensación que tengo es que lo protegen a Wilson de una manera increíble”, dijo.

La historia del encuentro cercano de Telpuk con el FBI volvió a ser tema en la audiencia de ayer en Miami, donde se juzga a Franklin Durán, el ex socio de Antonini Wilson acusado de actuar como agente ilegal para encubrir el origen y destino de la valija. La chica no sólo reiteró que los hombres de la agencia estatal la interrogaron por dos horas, sino que nunca le aclararon que tenía derecho a irse sin responder. Ante una pregunta del defensor, Ed Shohat, dijo que tampoco le mostraron una copia de esa declaración sorpresiva, para que chequeara si reflejaba sus dichos.

“Cuando llegué me sacaron de la fila y de pronto estaba sola en un cuarto con tres personas del FBI. Con el cansancio, el susto, que no sabía ni adónde me habían llevado, no me iba a negar a contestar. Tampoco me explicaron nada”, relató la ex agente a este diario.

–¿Qué fue lo que le preguntaron? –le pidió detalles PáginaI12.

–Primero querían mi relato de cómo habían sido los hechos, pero después se empezaron a meter con mi vida, cuánto me habían pagado en Playboy por las fotos y cuánto cobro de Ideas del Sur. Después de todo eso, me preguntaron si tenía temor de volver a la Argentina, porque en ese caso dijeron que podían darme asilo político. Incluso me ofrecieron conseguirme trabajo en una agencia de modelos donde me decían que llevara mi book. No sé si fue el susto, pero de entrada les dije que no venía a eso, que sólo me interesaba declarar en el juicio. No les di opción a nada.

–¿Qué pretendían?

–Era evidente que me estaban proponiendo algo a cambio de que yo modificara mi declaración y no contradijera a Antonini Wilson. Por supuesto que lo rechacé. Estoy muy tranquila, me di cuenta de que fue una mala jugada de ellos. La sensación que tengo es que lo protegen a Wilson de una manera increíble.

Telpuk es una testigo de la defensa. Como era esperable, la fiscalía intentó incomodarla. Esta vez no fue el fiscal Tom Mulvihill quien asumió esa tarea, sino su colega John Shipley. Cuando abordó el capítulo del FBI, apuntó a transmitir que la chica sólo tuvo una entrevista en buenos términos en el aeropuerto con tres agentes y que nadie la forzó a nada.

–¿Al terminar les dio un beso y un abrazo?–, inquirió Shipley.

–Sí, es mi costumbre –replicó la ex agente.

En medio de sus cuatro horas de declaración, a Telpuk le tocó volver a describir el hallazgo de los 800 mil dólares. Mientras repasaba la escena, uno de sus comentarios desató un murmullo en la sala: fue cuando dijo que el funcionario de la Aduana que estaba con ella, Jorge Lamastra, le sugirió no controlar las valijas. “Esto sucedió después que llegó el vuelo, que (Lamastra) me dijo que ya era tarde y que dejáramos pasar el equipaje”, señaló. En rigor, esto mismo ya lo había dicho en la causa que tramita en Argentina. Sus palabras exactas habían sido: “...Lamastra se da vuelta y me dice ‘que se vayan, mirá si los vamos a revisar. Yo entendí como que él me dijo que se vayan, mirá la hora que es”.

“Ellos (los empleados de Aduana) trabajan de otra manera, si quieren controlan y sino no. Yo simplemente le dije a Lamastra ‘para algo estoy acá a esta hora’. Ahí le pedí al piloto que me pasara todo para revisarlo”, le dijo Telpuk a PáginaI12.

La versión que dio la joven en los tribunales de Miami es casi calcada de la que dio en Argentina. Ayer volvió a admitir que no tiene la certeza de haber revisado todas las valijas que venían en el avión. Dijo que pasó por el escaner las que le trajo el piloto, pero no sabe si los pasajeros se llevaron otras por otro pasillo. Hubo, sin embargo, un punto novedoso en el racconto que admitió haber hecho ante el FBI: tuvo la “sensación”, dijo, de que el maletín que Antonini decía que era suyo no le pertenecía.

–¿Qué le hizo pensar eso? –preguntó este diario.

–Tal vez me dejé llevar por su cara. Fue una apreciación personal, sólo eso. Lo concreto es que él me dijo que la valija era suya. Eso lo tengo muy en claro. Desde el momento en que pedí que se hiciera presente el dueño, vino él y se hizo cargo. No me iba a poner a interrogarlo a ver si era de otro. Igual que tampoco era mi trabajo revisar adentro del avión a ver si había algo más. Si lo de los 800 mil sirvió para destapar otra cosa, bienvenido sea. Ahora que den su testimonio los que lo tengan que dar.

En otro tramo de su exposición, Telpuk enumeró las contradicciones entre su versión y la de Antonini. Consultada por esta cronista, las resumió: “El dijo que traía la valija en la mano, que la llevó hasta el escaner y que no era de él. Está mintiendo y me da mucha bronca. Frente a mí siempre dijo que era suya, igual que primero dijo que había libros y papelitos y resulta que había plata. También dice ahora que quien le pidió que abriera la valija fue Lamastra, pero se lo pedí yo”, refunfuñó.

Haber puesto en evidencia su conocimiento de lo que dijo Antonini durante le juicio podría perjudicar el peso de su testimonio. Tanto el jurado como los testigos tienen vedado leer o tomar contacto con detalles del caso mientras dura el juicio. De hecho, la jueza Joan Lenard ya anunció que analizará la posibilidad de advertir al jurado que tome la declaración de la voluptuosa ex agente con pinzas.

Telpuk salió de pésimo malhumor del recinto, después de que Shipley se esmerara en hacerla trastabillar. Cuando le pidió precisiones sobre la imagen que vio en el escaner, él dijo que vio ladrillos bien definidos; luego admitió que al abrir la maleta había billetes desordenados. Pero eso no fue, al parecer, lo que más la alteró, sino las alusiones a sus incursiones en las revistas y la TV. “Parecía que me estaban juzgando a mí, en un momento estuve a punto de pararme y decir ‘vuelvo otro día con mi abogado’”, estalló después de la audiencia.

El fiscal pretendía mostrar que obtuvo beneficios económicos después de su hallazgo de los 800 mil dólares sin declarar. “Aprovechar no creo que sea la palabra”, le retrucó ella ante un comentario. “Me ofrecieron trabajo y acepté”, añadió. Shipley le preguntó si había recibido plata por notas vinculadas al valijagate y hasta si había posado con una valija y el gorro de la PSA. La revista Playboy, precisó Telpuk, le pagó “7000 dólares en Venezuela y 7000 pesos en Argentina”.

–¿Usted está en un programa de televisión (Patinando por un sueño) a partir de este caso? –insistió el fiscal.

–Sí, desde noviembre –contestó ella. Recibe, dijo, 2000 pesos al mes.

–¿Trajo los patines? –sorprendió Shipley.

–Es algo difícil (la práctica) que no se debe abandonar –dijo Telpuk.

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María Luján Telpuk ofreció el primer testimonio que contradijo la versión de Antonini Wilson.
Imagen: DyN
 
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