El juez en lo penal económico Daniel Petrone hizo lugar a un pedido de los fiscales María Luz Rivas Diez y Mariano Borinsky para que se investiguen los gastos con tarjeta de crédito del ex titular del Occovi, Claudio Uberti, en la causa de la valija. No fue fácil para la fiscalía obtener un “sí” del magistrado, que les había pedido precisiones sobre el objetivo de obtener esa información en el marco de un expediente sobre lavado de dinero y/o contrabando.

En un escrito presentado la semana pasada, Rivas Diez y Borinsky especificaron que pretenden rastrear qué lugares frecuentó el ex funcionario kirchnerista el año pasado, para verificar si pudo haber coincidido con el valijero Guido Alejandro Antonini Wilson en algún lado o incluso con algún miembro de Pdvsa. El abogado del ex funcionario, Diego Pirota, se opuso a un monitoreo general de consumos que pudiera implicar un análisis patrimonial amplio. La búsqueda, dispuso el juez, se ceñiría –en principio– a los períodos del 25 al 30 de mayo y del 4 al 7 de agosto, según informaron a PáginaI12 allegados a la causa.

Hay dos encuentros que el Gordo mencionó en Miami, que se están intentando corroborar en la investigación argentina: uno de fines de mayo de 2007, que mostraría que conocía a Uberti desde antes del episodio en aeroparque, y otro dos días después de la incautación del dinero, en el que el ex funcionario –que manejaba de hecho las relaciones comerciales con Venezuela– le habría ofrecido “lo que quisiera de la Argentina” en agradecimiento por haber dicho que el maletín con 800 mil dólares era suyo.

Para profundizar la pesquisa sobre la relación Uberti-Antonini, los investigadores intentan determinar qué teléfonos utilizaba cada uno, además de los que ya fueron identificados el año pasado. A eso se debe que haya declarado la semana pasada una empleada de Pdvsa en Argentina, que era la encargada de entregar los celulares a los miembros de la petrolera que estuvieran aquí. La chica dijo que la empresa tiene un listado con los números utilizados por cada empleado, pero que no está en su poder y no los recuerda. Tampoco se acordaba de haber visto a Antonini ni de haber dado algún aparato al ex vicepresidente de Pdvsa Diego Uzcátegui, ni a su hijo Daniel.

Entretanto, mientras la Justicia porteña sigue reclamando a Estados Unidos el acceso al expediente que tramita en Miami, las grabaciones y otras pruebas, el defensor de Franklin Durán –el único acusado por la causa norteamericana– envió a un abogado emisario a consultar las pruebas que existen en el juzgado de Petrone. Hasta ahora rebotó en sus requerimientos porque no lo consideran parte en el caso, y apeló.