EL PAíS › LOS HABERES QUE PAGA EL ESTADO AVENTAJAN EN 70 POR CIENTO A LOS QUE LIQUIDAN LAS AFJP. UNA TENDENCIA QUE SE REPITE DESDE 1994

La jubilación pública supera a la de capitalización

La carrera entre las jubilaciones pública y privada tuvo desde un comienzo un claro ganador: el régimen de reparto. La diferencia se acentuó este año por la crisis financiera y por la mejora en el cálculo de los haberes en el sistema estatal. Los casos.

 Por David Cufré

Las jubilaciones que paga el Estado a quienes aportaron los últimos 14 años al régimen de reparto son un 70,7 por ciento mayores que las que liquidan las AFJP por igual período. La comparación es entre dos trabajadores con el mismo nivel salarial –el del promedio de la economía–, sólo que uno permaneció en el Estado y otro adhirió a la jubilación privada desde su aparición, a mediados de 1994. El primero obtiene por esos aportes 350,3 pesos de Prestación Adicional por Permanencia (PAP) a través del sistema público y el segundo, una renta vitalicia de 204,5 pesos con lo que capitalizó en su administradora. La cuenta está hecha para quienes se jubilaron en enero pasado. Pero el ejercicio repetido en todos estos años arroja siempre el mismo resultado: aportar a reparto fue mejor negocio que a una AFJP.

Una proyección a enero de 2009 agiganta la brecha debido al impacto de la crisis financiera en los fondos administrados por las AFJP. A igual salario –otra vez, el del promedio de la economía–, quien se quedó en reparto obtendrá en ese momento una PAP de 452 pesos, mientras que quien apostó a la jubilación privada recibirá una renta vitalicia de apenas 202 pesos. La distancia es de 123 por ciento. Si se mira para atrás, a enero de 2007 corresponde una PAP de 248,3 pesos y una renta vitalicia de 181,8 (36,6 por ciento de diferencia), a enero de 2006, 171,9 y 139,8 pesos (22,9 por ciento), a enero de 2005, 152,6 y 113,3 pesos (34,6 por ciento) y así sucesivamente hasta 1994 (ver cuadro aparte).

Estas comparaciones permiten observar las gigantescas pérdidas para quienes se jubilaron por capitalización los últimos dos meses a raíz del crac bursátil internacional. No habría pasado mucho tiempo hasta el rescate de esa gente por parte del Estado si no fuera porque el Congreso está por eliminar la jubilación privada.

El haber previsional se compone de la Prestación Básica Universal (PBU) y de la Prestación Compensatoria (PC) en ambos sistemas, el público y el privado. La PBU es un ingreso uniforme de 326 pesos para ambos regímenes. La PC es lo que corresponde a cada persona por los años aportados a reparto antes del nacimiento de las AFJP, en julio de 1994. La diferencia entre un sistema y otro la constituye el tercer componente de la jubilación. En reparto se llama Prestación Adicional por Permanencia (PAP) y contempla los años aportados al Estado después de julio de 1994. En capitalización el tercer componente es la Jubilación Ordinaria (JO), que surge de lo que cada afiliado acumuló en su cuenta de capitalización. Con ese dinero, el cliente de una AFJP puede hacer básicamente dos cosas al momento del retiro:

- Optar por un retiro programado, que le garantiza la devolución del 100 por ciento de sus ahorros hasta agotar el fondo, con el riesgo de que una buena parte del dinero se esfume en medio de una crisis financiera, como ocurre en la actualidad o la ventaja de que la cuenta crezca si los mercados van para arriba. En conclusión, es como permanecer en el casino: se puede ganar o perder. De ahí que los especialistas que defienden a las AFJP recomienden elegir la segunda opción, la renta vitalicia.

- La renta vitalicia es un ingreso estable, inagotable, que se adquiere a una compañía de seguros de retiro –generalmente vinculada con la AFJP– con los fondos capitalizados. La ventaja en comparación con el retiro programado es que el cliente se asegura una remuneración permanente más allá de si los mercados suben o bajan. La desventaja es que no es heredable.

La comparación entre la PAP y la renta vitalicia es directa porque ambas empezaron al mismo tiempo: en julio de 1994. El especialista en previsión Guillermo Jáuregui presentó a mitad de semana en el Congreso, ante las comisiones de diputados que debaten el proyecto de reforma de las jubilaciones, los resultados de un trabajo que mide cómo evolucionaron la PAP y la renta vitalicia desde un inicio. Hizo sus cálculos tomando como parámetro un trabajador casado con una mujer tres años menor que durante todo ese tiempo cobró el salario medio de la economía, relevado por el Ripte de la Secretaría de Seguridad Social. Luego comparó cuánto rindieron esos aportes año por año en términos de PAP (es decir, en reparto) y cuánto en renta vitalicia. Las conclusiones son inapelables.

Jáuregui se basó sólo en datos reales: además de los movimientos salariales seguidos por el Ripte, observó el crecimiento de las cuotas partes de las AFJP, que contienen la rentabilidad promedio del sistema; las comisiones promedio de las administradoras y los porcentajes de descuentos salariales para la jubilación. Es una fotografía de lo que ocurrió en catorce años de vida de las AFJP.

La PAP superó de entrada a la renta vitalicia: en enero de 1995 correspondían 8,5 pesos de PAP contra sólo 39 centavos de renta vitalicia. En enero de 1996 fueron 17 pesos contra 9,10. En 1997, 25,5 contra 16,4 pesos. En 1998, 34 contra 24,08 pesos. Como se explicó antes, a estas cifras se agregan lo que corresponde de PBU y de PC para completar el haber previsional. Como la PBU y la PC son iguales en reparto y capitalización, la evaluación sobre si fue conveniente quedarse en el régimen público o en una AFJP se hace al mirar qué pasó con la PAP y la renta vitalicia.

Para calcular la PAP hay que considerar los últimos 120 aportes a reparto (últimos diez años), actualizados por un índice que ahora entrega la Anses y que desde enero de 2009 será el índice de movilidad de las jubilaciones que aprobó el Congreso el mes pasado. Ese promedio de los últimos 120 aportes se multiplica por 1,5 por ciento por cada año aportado después de julio de 1994. Si el promedio de los últimos 120 aportes fuera 1000 pesos, el 1,5 por ciento son 15 pesos. Sin embargo, la multiplicación es por 1,5 recién desde este año, gracias a la reforma previsional de 2007. Hasta el año pasado, la cuenta era por 0,85. En el ejemplo: 1000 pesos por 0,85 por ciento da 8,5 pesos.

Con la PAP a 0,85, explica Jáuregui, ésta superó a la renta vitalicia desde julio de 1994 a fines de 2002. De enero de 2003 a diciembre de 2007, la renta vitalicia rebasó a la PAP, gracias a que a las AFJP se les permitió contabilizar sus inversiones en bonos a valor técnico para no destruir los fondos administrados por el default de 2002. Quienes se jubilaron durante esos cinco años ganaron más con la renta vitalicia que con la PAP. Esa situación cambió radicalmente a partir de este año, cuando la cuenta para estimar la PAP empezó a hacerse por 1,5. Quien se jubiló en enero pasado obtuvo un 70 por ciento más en reparto que en capitalización. Además, la PAP ahora se actualiza por los aumentos que dio Anses de 2004 en adelante. Los jubilados que en aquellos cinco años habían perdido frente a capitalización recuperaron terreno con el nuevo cálculo de la PAP y ahora les ganan ampliamente.

Como la diferencia entre los sistemas es cada vez mayor, los grandes ganadores de la reforma previsional que impulsa el Gobierno son los afiliados a las AFJP. En todos los casos su traspaso de capitalización a reparto les permitirá cobrar jubilaciones más altas. Esto es evidente para los seis millones de personas que no aportan de manera regular, lo cual los condenaría a recibir migajas –20 o 30 pesos– al momento del retiro si permanecieran en el sistema privado. Pero también salen beneficiados quienes mantuvieron un empleo formal bien remunerado de 1994 a la fecha. Así lo constató Jáuregui al comparar cómo quedan la PAP y la renta vitalicia desde que la PAP se recalcula por 1,5. Su informe sepultó el argumento de que los afiliados a las AFJP están sufriendo el saqueo de sus ahorros. Por el contrario, mágicamente la ley les permite multiplicar su jubilación futura. La queja, en todo caso, podrían formularla quienes siguieron fieles al sistema solidario y hoy ven cómo aquellos que aportaron menos, que optaron por la salida individual y perdieron, ahora son rescatados y obtienen los mismos beneficios que ellos.


La carrera de la jubilación entre AFJP y reparto

Mes y año Renta Vitalicia PAP a 0,85% PAP a 1,5% PAP con aumentos *
Enero ’95 $ 0,39 $ 8,5 $ 15,0 $ 15,0
Enero ’96 $ 9,10 $ 17 $ 29,9 $ 29,9
Enero ’97 $ 16,4 $ 25,5 $ 44,9 $ 44,9
Enero ’98 $ 24,1 $ 34,0 $ 59,9 $ 59,9
Enero ’99 $ 28,4 $ 42,5 $ 74,9 $ 74,9
Enero ’00 $ 38,4 $ 51,0 $ 89,9 $ 89,9
Enero ’01 $ 44,6 $ 59,5 $ 105,0 $ 105,0
Enero ’02 $ 44,1 $ 68,0 $ 120,0 $ 120,0
Enero ’03 $ 81,5 $ 76,5 $ 135,0 $ 135,0
Enero ’04 $ 99,1 $ 86,5 $ 152,7 $ 152,7
Enero ’05 $ 113,3 $ 86,4 $ 152,6 $ 152,6
Enero ’06 $ 139,8 $ 97,4 $ 171,9 $ 171,9
Enero ’07 $ 181,8 $ 112,2 $ 197,9 $ 248,3
Enero ’08 $ 204,5 $ 129,9 $ 229,1 $ 350,3
Enero ’09 $ 202,5 $ 157,1 $ 277,2 $ 452,1


* PAP es Prestación Adicional por Permanencia con sus cálculos a 0,85 por ciento hasta 2007, con el recálculo a 1,5 por ciento desde 2008 y con los aumentos concedidos desde 2007.

Fuente: Revista de Jubilaciones y Pensiones.

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La advertencia de que los afiliados a las AFJP están sufriendo el saqueo de sus ahorros por pasar a reparto es exactamente al revés.
Imagen: Rafael Yohai
 
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