Pocas horas después de el profesor de gimnasia Emiliano Sonnenfeld fuera asesinado en la puerta de su casa, en Del Viso, de un tiro en el pecho durante un asalto, la Bonaerense informó que uno de los sospechosos fue detenido y se encontraba bajo el régimen de libertad condicional. Lo que, de inmediato, desató la consabida polémica en reclamo de mayor seguridad, esta vez sobre las espaldas del juez de San Isidro, Rafael Sal Lari. Hay otro prófugo. En ambos casos, la información de la Bonaerense y del gobierno provincial fue curiosamente movediza en lo que a edad se refiere: la primera información en off de la Bonaerense fue que se trataba de dos menores de entre 14 y 17 años. Cuando detuvieron al primero había crecido, velozmente, entre tres y seis años, porque en realidad tiene 20. El otro, todavía sin identidad, seguirá siendo un menor de edad.

El primero en anunciar a cuatro vientos que se trataba de un preso con “beneficios” fue el propio gobernador bonaerense Daniel Scioli, lo que con velocidad promovió la polémica. Inmediatamente, Viviam Perrone, presidenta de la Asociación Madres del Dolor, se sumó a la propuesta y salió en reclamo de mayor seguridad y cuestionando el otorgamiento del beneficio a la condicional por parte de los jueces. Perrone, para expresar su postura contraria al otorgamiento de libertad condicional a quien comete un delito, generalizó: “Están destruyendo familias. La ley no dice ‘tiene que liberar a tal violador o a tal asesino’, eso lo define el juez”.

Si bien la crítica fue amplia, cuestionó en este caso al juez de Garantías de San Isidro, Rafael Sal Lari, que en su momento otorgó la libertad condicional al joven que fue detenido acusado de haber participado en el asalto que derivó en la muerte de Sonnenfeld.

El crimen ocurrió el sábado a la tarde, alrededor de las 14.45, en la puerta de la casa quinta donde Emiliano Sonnenfeld vivía junto a su esposa y su hijo de 12 años, ubicada en la calle Boero, entre Florida y Massa, en la localidad de Del Viso, en Pilar. Mientras cortaba el pasto, escuchó que su esposa llegaba con el auto familiar, por lo que decidió abrirle el portón para que ingresara. En eso, dos personas intentaron robarle el vehículo a la mujer, apuntándola con un arma de fuego, por lo que Sonnenfeld les gritó algo. La reacción de los delincuentes fue inmediata: le dispararon un tiro que impactó en su pecho y escaparon corriendo. El hombre falleció en el acto.

La primera versión de la Bonaerense fue que se trató de dos menores de entre 14 y 17 años. El sábado por la noche se produjo la primera detención. En un caso al menos, el asidero de la versión etaria era de rigor cero: el joven detenido, si es que se trata de quien participó en el terrible crimen, tiene 20 años.

El veinteañero, que ayer declaró ante Alejandro Musso, el fiscal de Pilar a cargo de la causa por la muerte del docente, fue detenido en Tigre, a partir de los indicios que aportaron varios testimonios donde se lo relacionaba con el crimen. Momentos después de su detención, el gobernador de la provincia Daniel Scioli, deslizó ante la prensa que “aparentemente se trataría de una persona en libertad condicional que movilizó a un menor a cometer el asesinato. Es una línea de investigación”.

Perrone cargó contra el beneficio de la condicional. Y sumó a la cuenta el asesinato del ingeniero en San Miguel, el viernes pasado, y el de un comerciante en Temperley. “Los crímenes que están en la Justicia deben ser investigados. Es necesario que los jueces sean removidos de sus cargos cuando éstos hacen mal su trabajo”, señaló, aunque no aclaró si había leído el expediente que otorgó el beneficio o si repetía la versión de Scioli.

“La libertad condicional es una medida alternativa a una pena privativa de la libertad con la que puede contar una persona que cometió un delito pero que no es reincidente y que cuenta con una excelente conducta dentro de la cárcel –opinó Roberto Cipriano García, del Comité contra la Tortura–. El problema no es la medida, la libertad condicional, sino el sistema de control que existe sobre aquellos a los que se le da la posibilidad de ejercerla, que en Argentina no está funcionando, y la inexistencia de un plan de contención para los ex presidiarios. Lo que cayó es el paradigma de la resocialización del preso, es decir, el sistema de medidas que posibilite a la persona que sale de la cárcel poder funcionar nuevamente en la sociedad, conseguir un trabajo y demás, para evitar, de esa manera, que sea impulsado a incurrir nuevamente en el delito”.

Informe: Ailín Bullentini.