EL PAíS › CARRIO DESCARTO CASI POR COMPLETO UN ACUERDO CON IBARRA
“No haremos ninguna alianza”
En el plenario del ARI porteño, la diputada Elisa Carrió remarcó que ella no está dispuesta a formar un frente con el actual jefe de Gobierno. Calificó como un error el haber suspendido la campaña electoral y separó las aguas otra vez de Luis Zamora y de Víctor De Gennaro.
Una tarde de anuncios y definiciones se vivió ayer en el ARI. “No vamos a hacer alianzas”, fue lo primero que disparó Elisa Carrió ante Página/12. La dirigente especificó que esa decisión corre también para la Ciudad de Buenos Aires y dejó de lado la posibilidad de cerrar un acuerdo con el actual jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra. Es más, Carrió se jugó sus cartas por Eduardo Jozami. “Es uno de nuestros mayores referentes y posiblemente uno de nuestros candidatos”, aseguró con voz firme. A esto, la diputada añadió que se equivocó al acercarse a su par Luis Zamora. “Es una experiencia agotada”, consideró.
Ayer la militancia porteña del ARI se juntó en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA para trabajar sobre varios puntos fundantes del programa del partido. La situación política nacional, la organización y el crecimiento del movimiento y la identidad del partido estuvieron bajo análisis de los más de 300 militantes que se dividieron en ocho comisiones. Después, todos se volvieron a reunir en un plenario para leer las conclusiones y escuchar a Eduardo Jozami, que cerró el acto.
“Vamos a recibir con un aplauso a la próxima presidenta de la Nación”, anunciaron desde el micrófono, y una ovación acompañó la entrada de la líder del partido. “Para la Corte, la cárcel ya, para Lilita, la banda presidencial”, le cantaban sus seguidores.
El discurso fue largo pero contundente. Es que Carrió se despachó con un montón de definiciones con respecto a la política partidaria y a la situación nacional. “Hemos intentado caminos, aun perdiendo votos, para llegar a propuestas de conciliación. Hasta suspendimos la campaña, y nos atacaron. Ganaron las diferencias”, se lamentó. “No nos tenemos que arrepentir, pero se terminó eso de jugar con el ARI y con su dirigencia”, declamó, por si no quedaba claro. Carrió se refería a los contactos que tuvo con el líder de Autodeterminación y Libertad, Luis Zamora, y con el secretario general de la CTA, Víctor De Gennaro, para lograr la caducidad todos los mandatos. “Debemos rendir cuentas de lo que pasó entre junio y septiembre. Cometimos errores, pero fueron desde la buena voluntad.”
Elisa Carrió reconoció por primera vez en público que cuando se juntó a charlar con Zamora y De Gennaro “sabía que iba a perder votos. Pero si este país cambiaba, no importaba ser presidente. Sin embargo, la bandera de la diferencia fue más importante que la necesidad de renovar los mandatos”, se quejó. “El gesto de suspender la campaña por un mes fue para que nadie pensara que yo usaba ese espacio en beneficio personal; la generosidad tuvo un costo alto. Se acabó la paciencia”, vociferó.
Otro frente en el que la diputada sentó posición fue la Ciudad de Buenos Aires. “Hasta ahora la decisión es que no hay alianzas con Ibarra, salvo que el ARI de Capital decida otra cosa”, reconoció a Página/12. Sólo dejó abierta una opción pequeña: si otra fuerza se quiere acercar al ARI “puede adherir”, sonrió. Ante sus seguidores, la diputada también blanqueó su pensamiento. “Que quede claro: no va a haber alianzas partidocráticas en la Capital Federal”, gritó desde el micrófono y se llevó el aplauso más fuerte de la tarde.
La intención evidente de la diputada fue reunirse con su gente en la Capital para alentarlos y hacerles saber la responsabilidad que les dejaba en sus manos. “Ustedes pueden ser mi victoria o mi derrota”, les dijo. Carrió también aclaró que quiere establecer un criterio “basado en el mérito y el trabajo” para la selección de candidatos en los cargos electivos. “No vamos a repetir el método del dedo, así que espero que elijan a las mejores personas”, les demandó a sus seguidores. “Molesten, muevan las conciencias, caminen”, les pidió, y les aclaró que “este va a ser un trabajo sin sábados ni domingos.”
La interna del peronismo y sus protagonistas también fueron receptores de las declaraciones de la líder del ARI. “Este proceso político es imprevisible. No sé si las elecciones están cerca. Está claro que era todo ilegal. Ahora se encuentran con un presidente que no puede convocar a elecciones y que no puede renunciar anticipadamente a su mandato. Si estánen su trampa que la resuelvan. Nosotros no nos vamos a prestar, si ellos quisieron jugar un juego sucio, que lo terminen”, comentó a Página/12.
El encuentro también fue aprovechado por la dirigente para anunciar algunas de las medidas que pondría en marcha si llega a colocarse la banda presidencial. Además de asegurar que no está de acuerdo con el ALCA, la diputada se envalentonó para aseverar que “no vamos a renunciar a tener una empresa petrolera nacional”, dijo y los aplausos le opacaron la voz. “De la mano de la ley vamos a recuperar YPF, vamos a establecer tarifas razonables, vamos a pelear por la caducidad de algunas concesiones y vamos a establecer una discusión seria sobre la parte ilegítima de la deuda”, se despachó.
Asimismo, la titular del ARI les pegó a quienes la critican por proponer “un capitalismo social”. “No mentir en nada a la sociedad puede ser menos altisonante que proponer una revolución en dos días”, dijo, y su público le festejó el chiste. “Parece que en dos meses se pueden crear cinco millones de puestos de trabajo, no pagar la deuda externa y exportar dólares”, se rió de sus oponentes. La intención de diferenciarse de sus ex aliados fue evidente. “No queremos la propiedad colectiva de los medios de producción, pero vamos a pelear por la tierra y la energía que son de los argentinos”, definió la diputada, y arriesgó que “por eso no le tienen miedo a la izquierda y nos tienen miedo a nosotros.”
Para despedirse, la que se considera la “próxima presidenta de la República”, les espetó a sus compañeros de tarea política que ella nunca va “a ser la candidata del establishment, la Corte no nos va a perdonar haberlos enjuiciado y los otros partidos políticos no se van a olvidar de que los denunciamos”.
Más allá del entusiasmo y los aplausos, Elisa Carrió les advirtió a sus seguidores que ahora “se viene la parte más imprevisible del proceso político y la etapa más dura del proceso electoral”. Con el dedo en alto, la dirigente sentenció que “todos quieren que gobiernen las mafias. El candidato es el mafioso”, dijo y no hizo falta aclarar sobre quién hablaba.
Informe: Gimena Fuertes