Miércoles, 28 de enero de 2009 | Hoy
EL PAíS › DIANA CONTI, DIPUTADA NACIONAL POR EL FRENTE PARA LA VICTORIA
Por Alejandra Dandan
A fin de año vence el mandato de varios diputados del Frente para la Victoria, una lista que incluye a militantes del PJ y a quienes llegaron desde fuera del partido, como Diana Conti, ex frepasista y parte de la mesa de conducción nacional del FpV.
–Para saber si va a ser candidata a diputada, ¿espera un nombramiento de Scioli, Balestrini o Néstor Kirchner?
–No, yo dependo de Cristina y de Néstor Kirchner.
–¿Eso porque viene del Frepaso y no del PJ?
–Porque mi relación con Cristina, en especial, fue en el Senado, donde yo ocupaba una banca con la Alianza. Luego de esa experiencia en la que me acerqué al kirchnerismo y me sedujeron políticamente, fui diputada nacional por una propuesta de Cristina. Ahora estoy en un proyecto con ellos a la cabeza y dispuesta a aceptar lo que me toque.
–En esta etapa de acuerdos con algunos caciques del PJ, la transversalidad del FpV parece licuarse. ¿Cómo se ubica en ese escenario?
–Comprendo la situación porque esas personas que serían lo más vetusto del justicialismo son personas a las que las valida el voto popular, y desde ese punto de vista entiendo la estrategia de Néstor Kirchner: tenerlos dentro del proyecto político que encabeza y con su conducción hacer que esa gente, aunque en otro momento tuvo otras prácticas, hoy se alinee y se comporte políticamente como parte del proyecto nacional y popular que él encabeza.
–¿Se imagina adentro?
–Me imagino y estoy porque, aunque no pertenezca al partido, interactúo con quienes forman parte de ese espacio político.
–Sin kirchnerismo, ¿se corre?
–¿Si me corro? Sin kirchnerismo me voy de la política.
–El oficialismo, ¿va a mantener la mayoría en el Congreso?
–Confío en que el piso del 35 por ciento se va a superar a medida que se vean los efectos de las medidas que se están tomando por la crisis mundial. Creo que es clave. Lo paradojal es que la clase media y media alta es la que tiene que volver a darse cuenta de que lo más seguro y confiable para el país es este proyecto político.
–En los últimos meses, el kirchnerismo procura recuperar a ese sector social con diferentes medidas. ¿Por qué esa insistencia y por qué no se dirige a otros sectores?
–Lo que ocurre es que ese sector que fue el más favorecido por el kirchnerismo con la crisis del campo explotó. Nuestro desafío es hacer que los que menos tienen tengan más, pero queremos que la clase media siga existiendo porque define la idiosincrasia argentina.
–Uno de sus logros en el Congreso fue anular las leyes de impunidad a los represores. Del otro lado se podría ubicar la votación a favor de Luis Barrionuevo, que evitó su expulsión. ¿Se arrepintió?
–No. Porque fue un voto muy pensado. Me parece que hice lo justo, no porque defienda a Barrionuevo que hizo lo que hizo en las elecciones de Catamarca, pero del otro lado se hacía lo mismo. Creí que la remoción no era justa, sin una situación intermedia donde se lo pudiera sancionar. No me arrepiento, aunque en mi casa no me lo hayan perdonado.
–Varios jueces dicen que el Consejo de la Magistratura los presiona. Usted dijo que no. Hay jueces que dicen que sí, que se trata de algo sutil como darle lugar a cualquier tipo de denuncia sobre un magistrado.
–Vengo de la familia judicial; sé muy bien cómo un juez o jueza es independiente o histeriquea. Este es un Poder Judicial fuerte que podría ser más fuerte aún porque tiene que asumirse como poder del Estado y creo que gracias a la Corte Suprema y sus lineamientos va a lograrlo. No es simple hacer un juicio político. Y muchos renuncian cuando tienen un expediente abierto, porque saben que en ese expediente y en otros que no han sido abiertos, hay razones y fundamentos para que no sigan en el cargo.
–Cuando le preguntan por qué no avanzan las causas de corrupción a funcionarios, usted dice que será porque los jueces saben la responsabilidad que tienen entre manos. ¿No es como admitir las presiones?
–No. Lo digo porque muchas denuncias son hechas por la oposición, y los jueces lo perciben. En realidad, a muchas deberían desestimarlas porque no tienen sustento y no lo hacen no por presión política, sino para tener entre sus manos causas donde ellos también puedan mostrarles a los funcionarios que tienen poder. Es un interjuego entre poderes.
–¿Le molesta cuando le dicen “ultrakirchenerista”?
–No, no me molesta aunque creo que es intencional. Ahora me acostumbré, pero así se juega a desgastar un proyecto político y sus referentes.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.